La ciudad del Cerrito Verde

La fundación de Guayaquil, como sus traslados, ocurridos entre 1534 y 1547, son el resultado de la bélica oposición de las poblaciones indígenas, principalmente de chongos y huancavilcas, a la colonización; y, una consecuencia de las guerras civiles entre los conquistadores, como el enfrentamiento del “marqués” Francisco Pizarro y el “adelantado” Pedro de Alvarado, por la codicia de riquezas y territorios para expoliar. Lo único que se conservó de este proceso fue el nombre del patrono, el apóstol Santiago; y en el definitivo reasentamiento en el margen occidental del estuario del Guayas, en las faldas del Cerrito Verde-Santa Ana, se agregó el nombre del cacique del lugar, Guayaquile.

Guayaquil celebrará este 25 de julio 482 años de fundada, lo que nos recuerda a toda la colectividad la cercanía de la efemérides de los cinco siglos de existencia, que hay necesidad de celebrar con políticas públicas locales y obras señeras que la destaquen como una urbe para vivir de manera inclusiva, con bienestar y democracia.

En el contexto actual de la globalización y de la Nueva Economía, basada en la sociedad del conocimiento e innovación, la ciudad-metrópoli, conjuntamente con el Estado central, todos los poderes locales y su comunidad ciudadana, debe plantearse un nuevo modelo de desarrollo económico fundamentado en un original polo de desarrollo agroindustrial para la exportación, un corredor turístico internacional de “low cost” y un centro de negocios del Pacífico sur. Para lo cual se deberá priorizar una serie de problemas urbanos y sociales que aquejan a Guayaquil en las últimas décadas, como cambiar el modelo de urbanización basado en un crecimiento de la “mancha urbana-metropolitana” con bajas densidades poblacionales, el paso de barrios a ciudadelas cerradas, lo que provoca nuevos problemas ambientales y elevados costos económicos; la pérdida de población y actividades en el centro histórico, incluso desvalorizando la inversión del GAD para reconquistar el casco central, como túneles, Malecón 2000, zona rosa, monumentos patrimoniales.