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Cisma 35

En mi artículo pasado revisé los perfiles de Alianza PAIS. En términos generales se dividen en tres: el bando que apoya a Correa, el de los matemáticos que vieron en el lado morenista un saldo positivo, y el de los “indecisos independientes”, que no se arriesgan ni por uno ni por otro, esperando que suene el “ring” para ver quién se mantuvo de pie, y que apuntan por un futuro político y saben que apostarle al equipo perdedor sería caer en desgracia. Son valiosos, o porque representan votos en la Asamblea o por ser figuras con capital político y electoral (en las bases de PAIS). Por eso el expresidente no quiere perderlos, y el actual quiere ganarlos. ¿Las armas de disuasión? Desde Bélgica, el arma más fuerte es la oratoria: que el Mashi acuse a alguien de traidor y amenace con su regreso a restablecer el orden. Carondelet, parece, solo tiene que rebuscar en el pasado de ciertos asambleístas (abrir investigaciones por irregularidades, permitir denuncias a la Fiscalía por corrupción) y hacerse a un lado para que caigan por su propio peso, dejando la pregunta en el aire: ¿quieres perpetuarte junto a los políticos más corruptos de la historia? Conclusión, el bando correísta tiene más que perder; probablemente el presidente (del Ecuador) refuerce sus filas. Es la proyección por la que más me inclino al responder qué va a ocurrir tras el cisma en la 35. Pero, ¿qué va a ser del país? Es evidente que si algo han hecho los AP es monopolizar el espacio público. Hoy resulta más importante responder qué va a ocurrir con el movimiento, que cuál va a ser el futuro del Ecuador. En nuestra política existe más que el movimiento, ¿verdad? Pues parece que no. La oposición ha sido relegada a observadora. Las noticias de CREO se resumen en que apoyan la consulta. Están ante el colapso de un partido y deberían aprovechar la coyuntura para presentar denuncias, iniciar investigaciones. Algo. Ahora tienen capacidad de negociación (lo que en la última década soñaron tener). ¿La utilizarán para contrarrestar la agenda del Gobierno? Ya no tienen la justificación de ser sometidos a una mayoría aplastante. El cisma de la 35 nos dirá si son o no verdaderos políticos.