El Palacio de Carondelet.

El cinturon presidencial

Cuando las 24 provincias acudan a las urnas en 2017, solo siete tienen realmente las llaves de Carondelet. Guayas, Pichincha, Manabí, Azuay, El Oro, Los Ríos y Tungurahua, en ese orden, constituyen la franja de votos más importante y representan el 70

Todos los votos cuentan, pero estos deciden. Cuando las 24 provincias acudan a las urnas en 2017, solo siete tienen realmente las llaves de Carondelet. Guayas, Pichincha, Manabí, Azuay, El Oro, Los Ríos y Tungurahua, en ese orden, constituyen la franja de votos más importante y representan el 70 % del padrón. Y ninguna está claramente ganada.

Las principales, Guayas y Pichincha, son las más disputadas. Guayas ha sido seducida por dos grandes electores: Rafael Correa y Jaime Nebot, pero ninguno podrá estar en la papeleta (aunque sí en las tarimas). Considerada como la última gran trinchera socialcristiana, Guayas reconoce un voto duro del oficialismo, que en las últimas generales ganó la mayoría de las curules. La pugna provincial incluye el constante fortalecimiento del chico nuevo del barrio, CREO, de Guillermo Lasso, cuyos cuarteles calculan representaciones fijas en cada distrito. A tres fuerzas mayores, la provincia termina por repartir su zona rural con la influencia del prefecto Jimmy Jairala, cuyo Centro Democrático es la más reciente alianza de Paco Moncayo.

Justamente el presidenciable de la ID, quien dijo a este Diario: “Quito es mi espacio”, revivió el debate de la lucha territorial en una campaña con obsesión por los localismos. Allí Moncayo juega solo, se tiene a sí mismo, que es bastante. Pero Lasso ha buscado la recuperación de su popularidad en la provincia que mejores números le ofrece, con la incorporación del alcalde Mauricio Rodas a la contienda; así como el socialcristianismo de Cynthia Viteri pugna por existir en la capital de la mano del exalcalde Rodrigo Paz. Todos ellos, sin embargo, deberán enfrentar al poder oficialista de la burocracia.

Este es un repaso al cinturón presidencial: