Cero vagancia

Guayaquil, Puerto Limpio Clase A, se ve mancillado por la presencia cada vez mayor de vagabundos, la mayoría personas que pueden laborar pero han cogido la calle, parques, casas o carros abandonados como si fueran su hogar. No es posible continuar con esta situación deplorable que afecta a la imagen negativamente. La vagancia o pereza puede vivirse de una forma puntual o convertirse en una especie de hábito, como la “generación ni-ni”, ni estudian, ni trabajan. Y los venezolanos que han migrado a nuestro país completan la nefasta situación que atraviesa el ornato en nuestra ciudad, no podemos mirar para otro lado y dejar que continúe este escenario lamentable, debemos buscar la solución. Formar voluntariados del Gobierno, Municipio o Prefectura y se ocupen de esta triste realidad que vivimos.

Ricardo Ordóñez J.