Hace más de dos siglos, Ecuador marcó un punto de inflexión en su historia al proclamar su independencia del dominio español. Cada 10 de agosto, los ecuatorianos se reúnen para conmemorar este acontecimiento trascendental que allanó el camino hacia la libertad y la autodeterminación del país.

El 10 de agosto se ha convertido en un día de reflexión y orgullo nacional, en el que se rinde homenaje a los héroes y heroínas que lucharon por la independencia de Ecuador hace 214 años. 

 ¿Qué pasó el 10 de agosto de 1809?

En la mañana del 10 de agosto de 1809, las calles de Quito se llenaron de un espíritu inquebrantable y decidido mientras los patriotas ecuatorianos sorprendían a los comandantes españoles de la guarnición de la ciudad y sitiaban el Palacio Real , que hoy es conocido como el Palacio de Carondelet. Este audaz acto fue el preludio de un movimiento revolucionario que cambiaría para siempre el curso de la historia ecuatoriana.

El propósito de la revuelta era claro: entregar al conde Ruiz de Castilla, entonces presidente de la Real Audiencia, el oficio que lo destituía de sus funciones. El apoyo crucial de los 177 soldados de la guarnición colonial resultó determinante para el éxito de la revuelta, ya que se unieron al movimiento sin que se disparara un solo tiro. La tropa se reunió en la emblemática Plaza de la Independencia, bajo la dirección de Salinas, poco antes del alba.

El doctor Antonio Ante, de acuerdo con el relato del historiador Pedro Fermín Cevallos, se presentó en el Palacio Real antes de las seis de la mañana con un mensaje contundente. La comunicación, que llevó la firma de Juan de Dios Morales como Secretario de lo Interior, proclamó una decisión inspirada por el caos y la incertidumbre en España debido a la invasión napoleónica. El oficio expresaba la intención de establecer gobiernos provisionales para proteger a Fernando VII y preservar la integridad de la nación.

Sin embargo, esta aparente muestra de lealtad al rey español Fernando VII ocultaba una estrategia astuta conocida como "la máscara de Fernando VII". En realidad, los patriotas ecuatorianos buscaban la autonomía y la liberación del dominio colonial sin exponerse a represalias inmediatas.

Este histórico 10 de agosto de 1809 acentuó con claridad el carácter autonomista y liberador del movimiento patriota. Estos patriotas, inspirados en el pensamiento ilustrado promovido por figuras como Eugenio Espejo, abrazaron los principios de soberanía popular y representación del pueblo. Su lucha por la independencia resonó en toda América Latina, dejando una huella imborrable en la historia de Ecuador y su identidad nacional.

El entusiasmo y la emoción del momento se materializaron en una gran reunión de hombres en la Plaza Mayor, que estalló en una descarga de artillería, repiques de campanas y vítores. Bajo el liderazgo de Juan Pío Montúfar, Marqués de Selva Alegre, la Junta Soberana de Quito se estableció oficialmente el 16 de agosto de 1809. Los patriotas tomaron posesión de la administración de la Audiencia en la sala capitular de San Agustín.

En este día trascendental, figuras como Antonio Ante y Juan Pío Montúfar se erigen como héroes de la lucha por la libertad y la independencia. A pesar de las dificultades y represiones posteriores, su legado perdura en la historia de Ecuador como un recordatorio constante de la valentía y la determinación que dieron forma al camino hacia la nación libre y soberana que es hoy.