Cataluna quiere independizarse

El problema político que tiene España sigue creciendo. Los catalanes insisten, en esta ocasión, en obtener su independencia como Estado. Según manifiestan, anteriormente presentaron al Parlamento español unas reformas al Estatuto Autonómico que tienen todas las provincias españolas, porque consideraban que la situación de Cataluña había cambiado considerablemente. Estas reformas no fueron aceptadas por ser calificadas como inconstitucionales y, entonces, no han encontrado otro camino que separarse de España. Como no se sabe si la voluntad de los catalanes es mayoritaria, se está convocando a una consulta o referéndum que también el Parlamento español considera ilegal.

El nacimiento de un nuevo Estado significa una gran cantidad de problemas, como dejar de pertenecer a la Unión Europea y a los diferentes organismos internacionales a los que España pertenece. Sin embargo, ellos insisten en que todo lo tienen fríamente calculado. Por ejemplo, con respecto al campeonato español de fútbol, en el que el club Barcelona es uno de los más fuertes (no solo de España, sino del mundo entero), ellos dicen que tienen la solución: ingresar a la liga francesa.

Muchos prestigiosos juristas proponen que se lleve el problema a conversaciones entre las partes y que allí pueden encontrar una solución que no sea la separación de Cataluña. Los catalanes dicen que ya lo han intentado, pero no han conseguido nada. Cada vez toma más fuerza el referéndum anunciado para octubre que, aunque saben que es inconstitucional, si lo ganan nadie los detendrá para declararse república independiente. Y así lo acaban de confirmar.

Se busca solución para el problema palestino. Trump ha asegurado que espera mediar, algo que se ha estado tratando desde 1947, en un ‘gran acuerdo’ en el conflicto palestino-israelí.

Por lo pronto, Trump ha dejado sin efecto el acuerdo que Estados Unidos había suscrito con Irán, en tiempos de Obama, respecto a dejarlo avanzar en el proceso nuclear que lo llevaba a tener su propia bomba atómica.

El conflicto palestino-israelí será un capítulo central en la política exterior de la agenda de Trump, que espera reunirse con los líderes de ambas partes. Ha expresado su optimismo de que después de casi 70 años de conflicto pueda negociarse finalmente un acuerdo de paz.

Trump se ha presentado a sí mismo como un “mediador, un árbitro o un facilitador” para ayudar a ambas partes a llegar a un acuerdo de paz duradero.

Para lograr los primeros pasos sobre posibles conversaciones entre israelíes y palestinos, debe empezar por: 1. Reconsiderar el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y el anunciado plan para reubicar allí la Embajada de Estados Unidos. 2. La suspensión de nuevos asentamientos. 3. También la suspensión de los asentamientos en la parte de Jerusalén.

Recordemos que Trump es el primer presidente estadounidense en ejercicio que visita el Muro Occidental, el sitio más sagrado del judaísmo, pero su visita fue programada sin funcionarios israelíes a su lado, ya que los funcionarios estadounidenses son muy conscientes de las sensibilidades que rodean el lugar santo, que tanto israelíes como palestinos reclaman como parte de su territorio. Se nos ha informado que los palestinos, para empezar las conversaciones, no pondrán, por lo pronto, como condición la suspensión de los nuevos asentamientos judíos.

Es difícil que Trump, que tiene casi a toda la prensa mundial en su contra por demasiado bocón, logre un entendimiento entre Israel y Palestina, pero puede dejar las bases para que, por lo menos, disminuya ese grave foco de tensión mundial.