Chef Carolina Sánchez, propietaria del premiado restaurante Ikaro.

Carolina Sanchez: mas alla de la estrella Michelin

Desde la niñez se iba ‘cocinando’ su destino, a fuego lento, con ingredientes que incluyen creatividad, pasión e identidad.

Como toda niña, Carolina jugaba a la cocinita, pero no de manera imaginaria: lo hacía con alimentos reales. A los siete años elaboró su primer plato: un locro de papas en olla de barro, bajo la supervisión de una tía.

Cuando era el Día del Padre o la Madre, sorprendía a sus progenitores con un desayuno especial, que incluía menú y todo, escrito por ella misma. Sí, ellos tenían opciones a escoger. Enseguida les llevaba su pedido a la cama, con charol y flores, siempre cuidando el más mínimo detalle en sus presentaciones.

Y para que sus padres recibieran un buen servicio, ella contaba con la ayuda de un ‘asistente’, Juan Carlos, su hermano menor, relata María Angélica Ramírez, madre de Carolina. Con ocho años crea su primer libro de recetas. En él copiaba lo que iba preparando, lo que más le gustaba, por lo general eran recetas de sus abuelas y su madre, sus primeras maestras.

“Vengo de una familia paterna ligada a la gastronomía (restaurantes y libros), de allí vienen mis raíces. Mis dos abuelas han sido buenas cocineras, me han inspirado y nuestras reuniones giraban entorno a la mesa, por lo que siempre me ha gustado comer, ayudar en la cocina”.

De pequeña cocinar era un hobbie y usualmente le pedía a su madre que juntas elaboraran galletas y postres, también en su momento, los dulces en familia han sido su deleite.

Posteriormente brota su lado emprendedor que inicia con la venta de postres en su colegio. Al finalizar la secundaria, la idea de estudiar gastronomía cuaja y se convierte en licenciada en Gastronomía y Servicio de Alimentos y Bebidas de la Universidad de Cuenca (2010).

Eso no es suficiente, ella quiere más experiencia y trabaja en un reconocido restaurante y hostería del Azuay. También hace prácticas en un local quiteño, pero la idea de salir del país la seduce y hace un masterado en Basque Culinary Center (España). Después ingresó como practicante en El Celler de Can Roca, el mejor restaurante del mundo en 2013 y 2015, según la lista ‘The World’s 50 Best Restaurants’.

Iñaki Murua

Su compañero, socio, pareja y complemento. Se conocieron en el máster del Basque Culinary. Luego de trabajar para otras personas, decidieron crear el emprendimiento que los haría volar alto: Ikaro, unión de sus dos nombres, también de sus culturas y sus personalidades, razón y sazón que hace único a este lugar que mezcla la cocina de La Rioja (donde se encuentra el local), de Álava, tierra de Iñaki y de Ecuador.

Ambos visitarán el país para compartir lo que es Ikaro en la Feria Raíces 2019 (24-28 de julio). “Intentamos transmitir lo que hacemos. Me emociona volver y estar en este evento, siempre hemos sido seguidores de Raíces, es un honor”.

Sazón ecuatoriana

Cuatro veces al año cambian la carta, según las estaciones, se rigen por los productos de temporada. Estrenan un menú y empiezan a pensar en el siguiente. Pese a que no repiten platos, Ikaro tiene sus clásicos que han vuelto en alguna temporada, a petición de sus comensales, como el rape que sirven con un escabeche, receta de su abuela.

Entre los productos que emplean está el plátano verde, muchos no saben cómo usarlo y cuando van a su restaurante se dan cuenta de lo versátil y delicioso que es. “Despertamos la curiosidad de probar la cocina ecuatoriana. Para mí es un logro enorme, ya que los clientes muchas veces nos comentan al final que lo que más les ha gustado es la parte ecuatoriana, eso me enorgullece”.

Llega la estrella...

Cuenta que este ha sido uno de los momentos más emocionantes de su vida. “Cuando nos hicieron la primera visita, se sirvieron, pero solo al final de la comida dijeron que era de la guía Michelin... Comentaron que iban a recomendarnos en la guía y esto era muchísimo para nosotros porque solamente llevábamos un año y medio en abrir Ikaro. Nadie nos aseguraba que iban a darnos una estrella Michelin (el máximo galardón en el mundo de la gastronomía) hasta que llegó el día de la gala y salió nuestro nombre en la pantalla. Fue una alegría enorme estar allí junto a tantos cocineros que admiramos y ser parte de ellos”.

Los sabores de su infancia, recetas familiares, viajes realizados, la naturaleza, todo la inspira. Sin darse cuenta que su habilidad, curiosidad, alegría, sensibilidad, inteligencia y dulzura son ‘ingredientes’ innatos que animan a otros.

No solo los ecuatorianos deben recordar la fecha en la que Jefferson Pérez ganó la medalla olímpica o el merecido triunfo de Richard Carapaz en el Giro de Italia, también hay que conmemorar el 21 de noviembre de 2018, día en el que la chef, luego de volar alto logró alcanzar la estrella Michelin, que con seguridad, no será la única...

Admira a...

“En el ámbito nacional admiro a Rodrigo Pacheco, ya que él cocina con el entorno que le rodea. Es un cocinero que ha sabido aprovechar el producto ecuatoriano, se enorgullece de él y eso es digno de admirar. En lo internacional a Ferran Adriá, ya que fue él quien cambió el mundo de la gastronomía para siempre, sin él muchas técnicas y restaurantes no existirían”.

Personal

- Cuencana de 34 años.

- Máster en Alta Cocina Peruana e Internacional, en Le Cordon Bleu, Perú, 2009.

- Máster en Cocina, Técnica y Producto en Basque Culinary Center, San Sebastián, España, 2012/2013.

- Otros de sus placeres es la fotografía, capturar paisajes de viajes, para luego recordarlos. También es aficionada a la música indie y al rock no tan pesado.