La caridad es en silencio

Hay un viejo adagio muy popular que dice. No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha (Mateo 6:3). La generosidad es una virtud. Es muy sencillo saber quién necesita dinero y comida, quién pasa por una situación de necesidad urgente. Las palabras son en ocasiones como dardos, torpedos, misiles, peligrosas y dañinas, y eliminan para siempre la dignidad del objetivo. Cuando des una limosna recuerda: que no sepa tu mano izquierda, lo que hace tu derecha, para que sea «secret». Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas de las sinagogas. Actúa con rectitud y las bendiciones te llegarán. El mundo es una ruleta, nunca sabremos dónde iremos a parar, ni en manos de quién. La caridad empieza por nosotros mismos, y la mayoría de las veces acaba donde empieza; la caridad es la única virtud que precisa de la injusticia.

Javier Valarezo Serrano