A medida que se acorta el tiempo para las elecciones generales de febrero de 2017, siguen apareciendo nuevos candidatos para las primeras magistraturas.

Hasta hoy se han presentado varias candidaturas presidenciales con la intención de mantenerse hasta el final: la del máximo dirigente de Fuerza Ecuador, que antes se llamaba PRE (Partido Roldosista Ecuatoriano), el hijo menor de Abdalá Bucaram Ortiz, quien pugna por que lo dejen volver de su largo exilio; asimismo la candidatura del exbanquero Guillermo Lasso, por un grupo que se denomina CREO y en el que no son muchos los militantes. Y para resucitar a su partido, con otro nombre, el de Adelante Ecuatoriano Adelante, va recogiendo firmas el magnate del banano, Álvaro Noboa, que partirá para su quinta confrontación presidencial, la cual podría significar otra derrota en su trayectoria electoral. Se especula que Avanza, la del ex entusiasta colaborador del régimen actual, Ramiro González, sería una potencial candidatura a la presidencia, a pesar de que forma parte de la coalición Unidad, que todavía no se ha pronunciado respecto de candidaturas presidenciales y espera hacerlo en su debida oportunidad. Hay varias otras que esperan integrar coaliciones de tipo estrictamente partidista, como la del MPD, llamado hoy Unidad Popular o la posible de Montecristi Vive, cuyo líder, Alberto Acosta, en anterior postulación tuvo un muy magro resultado con un dos por ciento de los sufragios. O la de Democracia Sí, de los hermanos Larrea, cuyo deseo de contar con el exvicepresidente Moreno para el efecto, ha fracasado, porque el pretendido descartó toda postulación que no sea la del oficialismo. Todas las candidaturas mencionadas se han manifestado, con mayor o menor radicalismo, como opositores del actual régimen y la mayoría de tendencia hacia la izquierda. En tanto, en el sector oficial hay solo dos postulantes, el mencionado Moreno y Glas, que se ha exhibido con inusitada frecuencia en actos públicos del régimen, aunque soterradamente se habla de Patiño, el ministro de las cinco carteras, que van de la economía a la defensa nacional, pasando por un período de licencia, no se sabe si con sueldo o sin sueldo, para promocionar al grupo gobiernista que pasó por momentos de languidez frente a la arremetida popular contra los impuestos a la plusvalía y la herencia.

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