En 2018, unas 311 mil mujeres en el mundo murieron a causa de cáncer cérvico uterino. El reporte de la Organización Mundial de la Salud pone en alerta una situación sanitaria que, en 70 % de los casos, tiene que ver con el virus del papiloma humano (VPH), específicamente con los tipos de alto riesgo (entre ellos el 16 y 18).

“Estos tienen más susceptibilidad de desarrollar un cáncer de cuello de útero”, explica la doctora Mélida Flor, líder de ginecología del hospital Abel Gilbert, de Guayaquil.

Gabriela Loor, líder de oncología del mismo centro de salud, aclara que no necesariamente tener el VPH condenará a la mujer a padecer cáncer. No se puede estigmatizar en eso, agrega. “El cáncer cérvico uterino se desarrolla por una baja en las defensas. Si la paciente es detectada con el Papiloma Virus es más propensa a presentar este cáncer”, dice Loor.

Pero lo que hará que la paciente desarrolle la enfermedad es una baja en las defensas en el sistema inmune, por ello, la oncóloga recomienda mantener un estilo de vida saludable con una alimentación rica en frutas y verduras y evitar los procesados, embutidos, enlatados y azucarados, las bebidas alcohólicas y el tabaco.

Otro factor de riesgo es el estado anímico. Se debe cuidar las emociones pues eso también contribuye a una baja en las defensas, añade Loor. “Las personas con propensión a la tristeza, que son depresivas, tienen un poco más de riesgo de bajar la inmunidad”.

Para eso recomienda incrementar la serotonina y dopamina, que son hormonas de la felicidad, se consigue realizando actividad o ejercicio físico a diario.