El camino: es bienvenida la continuacion

Desde la salida de ‘El Camino’ en Netflix, sus espectadores están divididos en dos grandes grupos: los que creen que es un film aburrido e innecesario y los que quedaron satisfechos. Lo irrefutable es que no llegó a cumplir las altas expectativas que h

Desde la salida de ‘El Camino’ en Netflix, sus espectadores están divididos en dos grandes grupos: los que creen que es un film aburrido e innecesario y los que quedaron satisfechos. Lo irrefutable es que no llegó a cumplir las altas expectativas que había despertado.

La película retoma la vida de Jesse Pinkman, coprotagonista junto a Walter White de la famosísima serie ‘Breaking Bad’. Esta contaba la historia de cómo un profesor de química se transformaba en narcotraficante luego de ser diagnosticado con una enfermedad terminal.

El nuevo trabajo de Vince Gillian, protagonizado por Aaron Paul, efectivamente tiene un ritmo mucho menos vertiginoso del que nos acosumbró la serie. Este formato más visual y pausado, es el que el realizador viene trabajando en otro producto que refiere al universo narrativo de Breaking Bad, que es Better Call Saul: una serie spin off en forma de precuela sobre la vida de Saul Goodman, el abogado de Walter White.

Hablando técnicamente, El Camino goza de una impecable realización audiovisual. Abundan las metáforas y los recursos más variados. Esto nos invita a seguir a un solitario Pinkman, consumido por traumas de su pasado.

La idea de Gillian se entiende pero choca con la realidad de un modo inevitable: la edad de los actores es demasiado evidente. El paso del tiempo entre la última emisión de Breaking Bad (su final de temporada fue en el 2013) y la actualidad ha dejado huellas notorias en varios de los actores, llamando nuestra atención y rompiéndonos la ilusión de que esos sucesos efectivamente, pasan inmediatamente después de lo que nos muestra el último capítulo de la serie. Una decisión que no favorece mucho al verosímil de la historia que Gillian pretendía continuar con esta cinta.

Vale aclarar que el filme funciona estrictamente como la continuación de Breaking Bad, esto complicaría mucho la experiencia de alguien que no ha visto la serie y desee ver la película. Hay una trama particular de la cinta que es el escape de Pinkman de Albuquerque que puede ser entendida por cualquiera. Pero El Camino está tan imantada al pasado de Pinkman que quien no ha visto la serie se perdería la profundidad del tratamiento que Gillian le da a sus personajes.

Esta no es una cinta fácil. No busca el impacto inmediato como sí lo hace Breaking Bad, pero nos ofrece varias escenas memorables y un hermoso despliegue visual.

Aunque no es una joya a la altura de las otras dos series de Gillian, tampoco es el desastre que los fans más conservadores de Breaking Bad sostienen. Es imperfecta y con cierto encanto, igual que el propio Pinkman.