Programa. Funcionarios y conductores participaron en el inicio de la jornada para un mejor servicio al usuario.

Un cambio de ruta a la imagen de los conductores de buses

Maltrato verbal, dejar pasajeros en cualquier sitio e irrespetar la tarifa preferencial, son algunas de las quejas hacia los conductores de transportación urbana.

Maltrato verbal, dejar pasajeros en cualquier sitio e irrespetar la tarifa preferencial, son algunas de las quejas hacia los conductores de transportación urbana.

La actitud negativa de algunos choferes fue uno de los argumentos por el que los usuarios se oponían al incremento de la tarifa a 30 centavos.

Ahora el sector busca cambiar esa imagen negativa, a través de la capacitación que recibirán de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM).

Alrededor de 4.000 conductores de buses urbanos serán divididos en 70 grupos para recibir los talleres, que serán dictados, durante dos meses, en el centro de capacitación de la ATM en Los Ceibos. De esa manera se evitará un desabastecimiento del servicio.

Cuatro horas durará el taller que busca transformar su actitud y hacerla positiva. Serán capacitados en temas relacionados con el empoderamiento, servicio al usuario e importancia de las leyes de tránsito.

Los asistentes aprenderán técnicas que les permitan comunicarse de manera correcta con los pasajeros. También conocerán sobre el adecuado uso de los 13 corredores urbanos con los que contará Guayaquil, entre ellas las 2.000 paradas.

El alcalde Jaime Nebot inauguró las jornadas la mañana de ayer en el Centro de Arte.

El burgomaestre corrobora que la imagen negativa del conductor se debe en parte al mal desempeño en su labor y el trato que ofrece al usuario.

¿Un taller es suficiente para lograr un cambio positivo en los choferes? El gerente general de la ATM, Andrés Roche, considera que es un primer paso, por lo que se planifican capacitaciones anuales. En la coordinación participa la Federación de Transportistas Urbanos del Guayas (Fetug).

Roche realizó un paneo de la gestión de la entidad desde que asumió la competencia del tránsito, en agosto de 2015.

“Creemos que la ciudad debe invertir en un segmento importante como son los conductores de servicio urbano, de quienes se espera un cambio positivo, de lo contrario de nada serviría el proceso para la mejora del tránsito”, remarcó.

El director de Transporte Público de la ATM, Fernando Amador, indicó que la consigna es introducir una política de servicio, que permita un cambio cultural del conductor y del pasajero.

Sixto Orama es uno de los conductores que asistió a la inauguración de la capacitación. Su participación va más allá: es una de las imágenes de la campaña que lleva adelante la ATM sobre el buen servicio al ciudadano.

Él está consciente de que han fallado en varios puntos, por lo que considera que es el momento de reivindicarse.

“Los choferes debemos ir de la mano con el plan de reorganización de la transportación pública, pues es la única manera para el cambio”, opinó.

Voces de participantes

César Carranza, presidente de la Fetug: “Este tipo de actividad representa un importante apoyo para el sector, pues se busca cambiar esa imagen negativa del conductor al momento de ofrecer el servicio”.

Richard Coronel, conductor: “Reconozco que hemos recibido algunas capacitaciones, pero en ocasiones no hemos puesto de nuestra parte. Aquello nos afectó como imagen. Hoy tenemos otra oportunidad”.

Doménica Tabacchi, vicealcaldesa: “Con sus quejas e inquietudes, el ciudadano es el mejor regulador del tránsito. Es precisamente esta persona la que merece un mejor trato, en este caso del transportista”.

Contaminación

Piden más control a los buses

La ATM continuará con los operativos para el control de gases contaminantes en los buses que circulan en Guayaquil.

La medida obedece a las quejas de ciudadanos en el sentido que circulan unidades que emanan humo más de lo permitido, incluso en zonas donde permanecen agentes de tránsito.

La entidad se comprometió a cumplir con un estricto control durante la revisión técnica de los buses urbanos. Son dos inspecciones al año.