Cambio de dirigentes

No cabe duda que la actitud de los actuales dirigentes indígenas se caracteriza por su soberbia y el desprecio a los demás. La presentación de su “Propuesta” demuestra que, para ellos, ni siquiera cuentan sus cercanos aliados, aquellos que ensalzaron como “patriótica” la movilización de octubre en la que sobresalió, antes que una señal de solución a la crisis que atraviesa el país, la manifestación más dura e irracional de violencia. Y si con esos sectores han actuado no tomándolos en cuenta, con los demás han sido y son agresivos. Los acusan de enemigos y no cesan de proferir amenazas en contra de su seguridad y su propiedad. Para ellos, en la misma bolsa están el presidente de la República, el vicepresidente, los líderes políticos de centroderecha como Lasso y Nebot y, desde luego, los gremios organizados de la iniciativa privada.

Tal posición pretende justificarse en el desprecio que la población indígena ha sufrido durante más de cinco siglos. Todos los “otros” asoman como culpables de ese “centenario” abuso, de esa discriminación y de ese racismo. Basta hacer un pequeño rastreo de las palabras dichas por Leonidas Iza y Jaime Vargas, por sus referencias repletas de furia, por sus advertencias de probables paralizaciones de las actividades en el país, por sus burlonas frases cuando se han referido a los policías y militares retenidos, a los abusos en contra de varias mujeres de las fuerzas del orden, a la actitud de agravio a la seguridad de los servidores de la prensa. Y si a ello añadimos la retahíla de falsedades, recogidas con meticulosidad y detalle por los medios de comunicación en los últimos días, la imagen de la colectividad nacional, para aquellos, no tiene ningún valor y no merece respeto alguno.

El proceder de esos jerarcas, y su silencio en torno a los causantes de los atentados, a más de ocasionar un daño a las justas reivindicaciones indígenas, puede provocar una reacción por parte de la mayoría mestiza del país, cansada ya de mantener la tranquilidad frente a tanta intimidación.