
Cambio climático y lluvias en Ecuador: ¿por qué cada año son más intensas?
La frecuencia y la magnitud de las inundaciones y deslizamientos de tierra son parte de las consecuencias
Entre los años 2020 y 2039, en especial durante los meses lluviosos de marzo y abril, se prevé que el aumento de temperatura provoque más fenómenos meteorológicos extremos. Por ejemplo, mayor cantidad de días con precipitaciones intensas. Eso podría provocar más inundaciones y deslizamientos de tierras.
Eso dice el Informe sobre Clima y Desarrollo de Ecuador, del Banco Mundial, publicado en septiembre del 2024.
Además en el texto Cambio climático en Ecuador: Retos y oportunidades para un desarrollo bajo en carbono, de Juan José Miranda, se señala: "Es momento de prestar atención al pronóstico del tiempo, no solo para saber si debo llevar un paraguas para el día de mañana, sino para planificar cómo nos vamos a preparar para los próximos 25 años".
¿Llueve o no más por el cambio climático?
Priscilla Muriel, bióloga, con un doctorado en Botánica, responde que estos meses, de marzo y abril, siempre fueron húmedos en otras épocas. Pero, "el cambio climático tiene la particularidad de volver más frecuentes los eventos extremos. Eso quiere decir que, por ejemplo, las olas de calor son más largas; mientras que en las olas de frío, los períodos de precipitación son más intensos".
Muriel explica que si bien existen algunas predicciones sobre los efectos del cambio climático, están basadas en modelos hechos en función de datos que ya tenemos. Sin embargo, en las regiones montañosas, y por ejemplo, en la cuenca amazónica, estos modelos no están suficientemente ajustados. "No tenemos manera de dimensionarlos, sí se sabe es que la altitud en la zona de Los Andes es una variable que tiende a intensificar lo que se observa en otras regiones, la altitud puede aumentar las diferencias en cuanto a temperatura o patrones de precipitación, volverlos más marcados".
Otros factores
Todos los procesos de cambio de uso de la tierra, que implican degradación de ecosistemas, deforestación para ampliar la frontera agrícola, acaban con la vegetación nativa, dice Muriel. Eso es un buen regulador del clima, es también la manera de preservar el suelo. "Como hemos acabado con la vegetación, los deslaves son más frecuentes".
Además, Muriel recuerda que los veranos son muy calurosos, lo que guarda relación con la degradación de la cobertura vegetal que protege al suelo. "Con más vegetación, la humedad se mantiene retenida más tiempo en el suelo, brinda sombra, atrae la precipitación. Pero, todo lo que hemos hecho está justamente magnificando los efectos del cambio climático".