Incondicional. Mónica Cajamarca junto a su esposo Santiago Loja, con quien tiene dos hijas, Doménica y María Sofía.

Cajamarca, un cupo con amor familiar

“Gracias a Dios y a la Virgen de El Cisne”. Con esas palabras la atleta azuaya Mónica Cajamarca simplificó ayer su clasificación a los Juegos Olímpicos de Río 2016, luego de lograr el cupo para Ecuador en la Maratón de Viena, el fin de semana pasado, d

Gracias a Dios y a la Virgen de El Cisne”. Con esas palabras la atleta azuaya Mónica Cajamarca simplificó ayer su clasificación a los Juegos Olímpicos de Río 2016, luego de lograr el cupo para Ecuador en la Maratón de Viena, el fin de semana pasado, donde se ubicó séptima tras hacer 2h37m58s.

De 1 metro 50 de estatura, de ojos cafés, con el pelo recogido con un lazo rojo y la mirada fija en su logro, la deportista de 32 años rememoró su infancia y su vida. “Vengo de la ruralidad, nací y crecí en la parroquia de El Valle (Cuenca) y estudié en el colegio Manuela Garaicoa de Calderón, donde comencé a correr por afición y tan solo por cumplir con la materia de educación física”, explicó Cajamarca evidentemente emocionada, al borde del llanto.

Con voz entrecortada, emocionada y orgullosa, la deportista azuaya, madre de dos hijos, afirmó que es un triunfo de la familia, de su esposo y sus amigos, “pues muy poco, o casi nada de apoyo tuve para su participación”.

Y es que la fondista bajó su marca en cerca de 20 minutos para ir a Río, lo cual es considerado toda una gesta, tomando en cuenta que en varias ocasiones vio esfumarse el sueño de unos Olímpicos. “Todo esto es gracias al amor familiar”, aseveró convencida.

“Múltiples fueron mis retiros de las carreteras, porque lo tomaba casi como un simple juego, pero la familia, principalmente mi esposo Santiago Loja, me motivaron para el retorno a las prácticas y competencias”, puntualizó Mónica.

Tras el nacimiento de su primera hija, Doménica -ahora de seis años- la ecuatoriana quiso regresar a las competencias, pero llegó su segunda bebé, María Sofía, hoy de 9 meses.

“El sacrificio fue duro. Primero los deberes del hogar, luego con mi trabajo, y en las noches hacía jornadas largas de prácticas, de tres, 4 y 5 horas diarias. Todo eso hace que el triunfo en Viena sea dulce, muy dulce”, dijo convencida.

En Viena, Cajamarca no tenía un reloj o cronómetro para dosificar su ritmo, de ahí que tuvo que fijarse en una adversaria que iba a buen ritmo para conseguir el ansiado cupo.

Con su nombre ya inscrito en Río, el equipo femenino que representará a Ecuador en la maratón de los Juegos Olímpicos 2016, queda definido con Cajamarca, Rosalba Chacha, María Elena Calle y Silvia Paredes.