Alimento. Las bandejitas de los animales permanecen limpias y el alimento se cambia tres veces al día.

No caben mas gatos en parque de la Kennedy

Diez personas se encargan de cuidarlos en el parque lineal. Piden control al Municipio porque allí llegan a abandonarlos.

Un maullido perezoso hace que la pequeña Fiorela levante la mirada hacia la copa de un árbol. “¡Es un gatito!”, chilla la niña de cuatro años, que juega con la gravilla en un tramo del parque lineal de la Kennedy Norte.

Su pelambre atigrado y ceniciento se camufla con el tronco y, la pequeñita solo le alcanza a ver las patitas negras. Como este, hay más de 67 gatos que han poblado el área verde.

Son los ‘Gatitos de la Kennedy’, como los llaman en el sector. Con ese mismo nombre, pero a 1.500 kilómetros de distancia, conocen a los más de 100 gatos que son uno de los principales atractivos turísticos del parque Kennedy, pero en Lima, Perú.

La única -y enorme- diferencia es que en el país sureño, los felinos son cuidados y alimentados por turistas y activistas de fundaciones animalistas, apoyados por la Municipalidad de Miraflores, distrito donde está el lugar.

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En Guayaquil, son solo 10 las personas que se reunieron, desde hace seis años, para dar de comer y atender a los mininos, sin ayuda de las autoridades.

“El Municipio sí nos envía un vehículo (clínica móvil) para esterilizar a los gatitos, pero es solo una vez al año. Con comida y otras necesidades, no nos ayuda nadie”, lamenta Josefina Morla.

Tiene 71 años y, aunque vive en Urdesa, todos los días se moviliza hacia la Kennedy Norte para dar de comer a sus adorados gatitos. Se reconoce como amante de los animales, pero asegura que la situación en el parque lineal se ha salido de control.

“Somos un grupo de personas que nos reunimos a dar de comer a los gatos, pero antes eran 10, ahora son 67”, reitera. Esto, añade, porque gente irresponsable abandona a los animales dentro de cajas, porque saben que allí los cuidan.

En las 3,7 hectáreas del parque hay seis estaciones donde ellos han colocado casitas de todos los tamaños, materiales y colores, para que duerman y se protejan del sol y la lluvia.

Josefina cree que la falta de seguridad en la zona es la que ha provocado que, en el último año, haya aumentado la población gatuna. A esto se suma la falta de campañas de esterilización. Sugieren a las autoridades que, al menos, las esterilizaciones sean más frecuentes en el sitio.

“Antes teníamos a cuatro guardias, uno en cada puerta. Ahora solo hay uno que recorre en una bicicleta todo el lugar y no se abastece para ver quién llega a botar a los animales”.

Recuerda que a inicios del año pasado, el vicealcalde Josué Sánchez llegó hasta el parque para realizar una campaña de desparasitación y dar vitaminas a las mascotas. Además, donó una carpa para resguardar a las casas gatunas de la lluvia. “Fue la última vez que el Municipio estuvo por aquí”.

En esa ocasión, añade, pidieron que les coloquen cámaras de seguridad en la zona para tratar de frenar el abandono, pero hasta ahora no han recibido respuesta.

Mariela Rizzo llega a diario al parque para cambiar el agua a los gatos. Cuenta que las cuidadoras tienen un grupo en WhatsApp por el que se comunican.

Están organizadas y todos los días llegan a las 07:00, 12:30 y 16:00 para ponerles su alimento en las decenas de bandejitas que mantienen limpias.

Josefina detalla que mensualmente, los gatos requieren de ocho sacos de alimento para gatos. Eso, adicional a los implementos de limpieza y medicamentos que necesitan eventualmente.

Ellos han tratado de solicitar a empresas productoras de comida para animales que les donen producto, pero no han tenido éxito. “Aunque nosotros lo hacemos de corazón, inicialmente eran pocos los gatitos que teníamos que alimentar. Aunque ahora no nos disgusta, es una tarea que se ha tornado muy complicada para nosotras. porque no tenemos ayuda de nadie”, finalizó.

Si alguien desea donar alimento, que es lo primordial, pueden encontrar a Josefina en el parque desde las 06:30 a 07:30, cada mañana.

“Los más pequeñitos fallecen”

Josefina lamenta que la mayoría de gatitos recién nacidos fallece cuando los dejan botados en el lugar. “Los dejan en cartones y, siendo tan pequeños, muchas veces no hay cómo cuidarlos”.

En el parque también hay otro tipo de animales, como las zarigüeyas y culebras, que lastiman a los gatitos.

EXPRESO se comunicó con el Municipio de Guayaquil para conocer sobre las campañas de esterilización que realizan en el parque lineal de la Kennedy y en la ciudad, pero hasta el cierre de la edición no hubo respuesta.

En febrero pasado, según consta en su sitio web, el área de Bienestar Animal atendió, desparasitó y vitaminizó a los gatos rescatados que viven en ese lugar.