Hasta los buses eléctricos urbanos se acogieron al alza de los pasajes en Guayaquil. Desde que comenzaron a circular, en marzo pasado, la tarifa en esas unidades era de 35 centavos por incluir en el servicio aire acondicionado y un recorrido sin ruido.

Desde el miércoles pasado, las 20 unidades de la línea 89, pertenecientes a la empresa Saucinc, cobran 40 centavos. La decisión generó reacción dividida de los pasajeros y de ciudadanos en las redes sociales.

Unos consideran que no se justifica el incremento porque los vehículos no operan a diésel, sino mediante baterías recargables que les otorgan hasta 300 kilómetros de autonomía.

“Por qué elevaron. ¿Se incrementó el costo de la energía eléctrica?... Sería importante corregir esa arbitrariedad”, expresó Vicente Medina en su cuenta de Twitter (@vmedina185).

Juan Carlos Casanova es uno de los pasajeros al que le tomó por sorpresa esta nueva tarifa. Reside en Sauces 2 y para dirigirse a su trabajo, situado en el centro de la ciudad, utiliza los buses de la línea 89. “Me imaginaba que iban a mantener los 35 centavos. A buena hora tenía algunas monedas más”, dice.

Mientras otros pasajeros justifican los 40 centavos, por tratarse de modernos vehículos que ofrecen un buen servicio, además de que son climatizados.

“De lo que conozco, el incremento es una resolución gubernamental. No veo el motivo para polemizar por un servicio que ha mejorado”, opinó Ronald Salvatierra, quien para dirigirse desde su domicilio, en Acuarela del Río, hasta el centro de la ciudad, recurre a los buses de la línea 89.

Nancy Zurita habita en Sauces 4. Hace 12 años llegó del Valle de los Chillos, Quito, donde predomina un clima frío (entre 10 °C a 29 °C), por lo que el aire acondicionado en los buses es para ella un importante valor agregado en la movilización.

Fernando Amador, director de Transporte Público de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), recuerda que los 5 centavos que elevó Saucinc es parte de una resolución de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).

Amador cree que se debe tener en cuenta la inversión que han efectuado los transportistas por esos automotores (cerca de $ 300.000 por unidad), que se caracterizan por no contaminar el ecosistema.

El funcionario destaca que los vehículos de la línea 89 fueron los únicos que ofrecieron el servicio público en los primeros días de las protestas, en medio de los inconvenientes que tuvo la transportación pública para abastecerse de combustible.

Franklin Argüello se moviliza en los buses urbanos. “Si se incentivara la adquisición de más unidades eléctricas seguro no habría el conflicto que hay en este momento en el país por el alza de los combustibles”, reflexiona el usuario de 63 años.