Buscando valores
Dory es una Paracanthurus hepatus, llamado comúnmente pez cirujano o paleta de pintor, que es coestrella en Buscando a Nemo y es estrella principal en Buscando a Dory, en las películas de Disney producidas por Pixar. Si ustedes tuviesen once nietos, también sabrían tanto de películas infantiles y también se las habrían visto todas, incluyendo Coco.
Lo gracioso de Dory es que padece de un problema que es la pérdida de la memoria a corto plazo, también conocida como deterioro cognitivo, así que su muy frecuente problema la arrastra a ella y a su amigo Nemo, a un sinfín de aventuras en los arrecifes submarinos.
Este mal que es gracioso en ambas películas, es catastrófico en la realidad política que estamos viviendo cotidianamente en nuestro país.
Resulta que hemos sido formados todos de acuerdo a valores cristianos que deberían estar a flor de piel siempre, en especial en la época de Cuaresma que estamos atravesando, pero que lamentablemente no aparecen, o los hemos olvidado.
Hace un mes, el Santo Padre escribió su carta para Cuaresma y la comenzó así: «Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría» (Mt 24,12). ¿Será que al igual que la memoria de Dory, hemos perdido los valores fundamentales que nos sostienen como nación? ¿Será que ver tanta maldad en quienes deberían luchar por el bien común, ha enfriado nuestro amor por la verdad?
Les recuerdo que somos un pueblo digno, al cual la inmundicia actual no le debería ser indiferente. Tenemos la obligación de reaccionar, de protestar, de decir “ya basta”. ¿Qué ejemplo le estamos dando a nuestros hijos y nietos si aceptamos con pasividad que nos envuelva la escoria? No es opción la solución que daba la Mafalda de Quino de «paren el mundo que me quiero bajar». En nuestras manos está cambiar esta fea realidad. Recobremos la memoria antes de que sea irreversible. Podemos sacudirnos como ciudadanos y tomar decisiones urgentes que se constituyan en una hoja de ruta hacia el bien común. No perdamos tiempo, quienes nos están dando lecciones de inmundicia pueden creer que hemos perdido la memoria para siempre.