Un automóvil eléctrico cargándose en el Centro de Innovación de Movilidad Eléctrica Sostenible de la represa hidroeléctrica binacional de Itaipú, Paraguay

No buscan gasolina, si carga electrica

La circulación de carros eléctricos impone la búsqueda de mecanismos para atender la demanda de energía. En Guayaquil, la próxima semana se firma un convenio para construir la primera electolinera.

Estaciones de cambio de baterías, camiones de carga o chóferes que te llevan el coche hasta la estación más cercana son algunos de los sistemas implementados en China para fomentar la expansión de los coches eléctricos y acabar así con la temida escasa autonomía.

El país en el que más coches eléctricos se venden en el mundo, más de un millón el año pasado (el 85 % más que un año antes), es también uno de los que más invierte en desarrollar nuevos sistemas para paliar uno de los principales motivos de la lenta expansión estos vehículos, cuyos modelos no superan los 500 kilómetros de autonomía.

En Ecuador, el uso de carros eléctricos se abre paso en forma lenta, pero se aspira que el mercado crezca. Más, desde que el pasado 3 de junio del 2019 el Gobierno determinara la exoneración total de aranceles a la importación de estos vehículos, además de baterías y cargadores.

La medida fue aprobada en una Resolución del Pleno del Comité de Comercio Exterior.

En Guayaquil, son cuatro las marcas que ofrecen estos vehículos eléctricos: BYD, Nissan, Renault y KIA.

Existen planes de producción nacional, según lo anunciado por el fabricante de origen chino, BYD, que prevé sacar sus primeras unidades en 2021.

Adicionalmente, BYD importó buses eléctricos. La empresa de transporte Saucinc (línea 89), adquirió 20 unidades que ya recorren la ciudad.

“Los 20 buses eléctricos serán atendidos por la estación de carga en horarios nocturnos debido a que la instalación esta diseñada para que las unidades carguen toda la noche y puedan operar todo el día siguiente sin problemas”, dice Jorge Burbano gerente nacional de BYD.

Precisamente, la próxima semana se firma el convenio interinstitucional para la construcción de la primera electrolinera en Guayaquil en un terreno de 5.000 metros cuadrados ubicado dentro del perímetro de Parque Samanes.

Paralelamente, centros comerciales como San Marino, Mall de Sol y Plaza Batán, han puesto en funcionamiento electrolineras, para servicio gratuito.

Los datos oficiales del parque automotor en el país reflejaron que, desde 2015 hasta el 2018, se vendieron 240 automóviles eléctricos en Ecuador.

Precisamente el alcance de la autonomía de estos vehículos es una de las preocupaciones en China, donde “una solución para resolver esto es que haya una infraestructura de carga de fácil acceso y ubicua”, dice Sam Jaffe, el director de la analista Cairn ERA.

“La infraestructura de carga ayudará a los vehículos eléctricos a pasar de ser una clase especializada de vehículos a una opción de mercado masivo”, apunta el experto, refiriéndose específicamente al mercado de China.

En este país, son varias las fórmulas que se están aplicando. Las ayudas han repercutido en las infraestructuras automotrices, que no solo están trabajando en la manufactura de coches sino también en los sistemas de carga.

Este es el caso de la fabricante de vehículos NIO, presentó hace unos meses NIO Power, el primer sistema integrado de servicios de energía del mundo. Los dos modelos de carros que vende la compañía tienen un botón inteligente que ofrece opciones como la localización de la estación de carga más cercana o la solicitud de un camión de carga.

Otra opción de la marca es el servicio de valet, que implementan firmas como Ford o Mercedes-Benz. Gracias a este servicio, se puede llamar a un chófer que acude a llevarse el coche y lo devuelve cargado.

Uno de los productos estrella de NIO son sus estaciones de cambio de baterías. El pasado mes de enero presentaba una ruta completa: ocho estaciones en los 1.000 kilómetros que separan Pekín de Shanghái.

En estas estaciones, el coche entra y un robot le cambia la batería por una completamente cargada en solo tres minutos. A todos estos servicios se accede por una tarifa mensual y son exclusivos para coches de NIO.

Un concepto similar aunque todavía más limitado es el que está ofreciendo BAIC, que ha comenzado recientemente a ofrecer el intercambio de baterías entre sus usuarios, también con el pago de una tarifa mensual.

Junto con los sistemas de carga, también han surgido en los últimos meses aplicaciones para teléfonos móviles que buscan ofrecer al usuario una planificación para sus viajes.

Pese a que está previsto que todos estos nuevos servicios relacionados con la carga se multipliquen en los próximos años, en opinión de Jaffe “la tecnología que tenemos hoy es suficiente para resolver el problema” y lo que en verdad hace falta es “que se expanda”.

Según datos de la Alianza China de Promoción de Infraestructura de Carga de Vehículos Eléctricos (EVCIPA), en el país hay unos 3 millones de vehículos eléctricos totales o híbridos y hasta el 2018 solo había 770.000 estaciones de carga.

Unas carencias que son aprovechadas para ampliar su negocio por marcas como la estadounidense Tesla, que quiere replicar el modelo de red de estaciones de carga que tiene en Estados Unidos.

Así, según anunció esta semana la compañía de Elon Musk, ya se han construido en China 1.700 súper cargadores (en una hora se carga el vehículo) y 2.100 cargadores regulares.