
Que busca la opositora gran toma de Caracas
Puro músculo. La Gran toma de Caracas, como ha sido bautizada la manifestación opositora convocada para hoy en la capital venezolana, no es más que juego de fuerzas para acabar con el mito del respaldo popular del chavismo.
Puro músculo. La Gran toma de Caracas, como ha sido bautizada la manifestación opositora convocada para hoy en la capital venezolana, no es más que juego de fuerzas para acabar con el mito del respaldo popular del chavismo.
La marcha, posicionada como la válvula de escape para el altísimo descontento ciudadano por una larga lista de problemas que van desde el hambre hasta la inseguridad, se anuncia como la mayor movilización contra el Gobierno Nacional en la era chavista.
Los líderes de oposición, entrevistados por EXPRESO, solo difieren en qué tan abismal será el respaldo en la calle.
700 mil ciudadanos. Esa es la apuesta de Enrique Márquez, el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, recientemente reconquistada por la oposición con mayoría absoluta. Un número que, a criterio de Márquez, servirá para “terminar de desmontar la escenografía” de un proyecto político en su ocaso.
Mírese donde se mire, las encuestas pronostican un solo resultado en un eventual referendo revocatorio: la salida democrática y electoral de Nicolás Maduro. Pero para que la retirada del proyecto bolivariano no sea personificado en el sucesor de Hugo Chávez y el cambio de presidente signifique además un cambio de Gobierno, la elección deberá llevarse a cabo antes del 10 de enero próximo. La Constitución, a partir de esa fecha, solo contempla revocar el mando al presidente y permitir que su vicepresidente -es decir, otro chavista- termine el período. El Consejo Nacional Electoral, dominado por el oficialismo, ha declarado ya que la segunda etapa de recolección de firmas se llevará a cabo en octubre. Lo que desterraría la posibilidad de celebrar elecciones este mismo año.
1 millón de ciudadanos. Calcula la vibrante diputada Delsa Solórzano, uno de los jóvenes cuadros opositores que goza de liderazgo probado. Con esa cifra, dice, el Gobierno tendrá otro camino que reconocer la fortaleza opositora.
Lejos de esa posibilidad, el chavismo ha anunciado ya contramarchas, ha prometido con aprisionar opositores si existen brotes de violencia y ha llamado a sabotear las caravanas opositores que, desde todo el país se muevan hasta la capital. Solórzano, en clara representación de la postura opositora, le quita mérito al contrataque político: “Nosotros queremos tomar Caracas, pero si ellos quieren paralizar Venezuela, entonces van a enfrentarse a las consecuencias”.
1 millón 500 mil, cita Enzo Scarano, recientemente liberado preso político del chavismo. “No hay forma de que el Gobierno mantenga su postura después de la marcha. Porque ya no será un pedido opositor, será una exigencia popular”, resume a este Diario, Scarano.
La lectura es ampliamente compartida por la población y la cúpula opositora. Sobre todo por su líder, Henrique Capriles, que se niega a citar un número para subir la apuesta.
“Hay algo que sí puedo decir”, introduce, con su particular hablar pausado, “este país ya no es de dos mitades iguales. Este país ha invertido el apoyo. Chávez contó con una base popular enorme: 80 contra 20. Hoy esa cifra se ha dado vuelta. Y es eso lo que Maduro deberá reconocer” después de mañana, explica.
La reacción oficialista queda en duda. Pero el nivel de convocatoria resulta tan notoriamente alto, que el Gobierno ya prohibió el sobrevuelo de aviones, helicópteros y drones en el país. Porque la verdadera dimensión de la marcha, se estima, tendrá que apreciarse desde el aire.}
Echan a periodistas; detienen a militantes
Periodistas del periódico francés Le Monde, de la radio pública estadounidense NPR y la colombiana Caracol Radio que viajaron a Caracas a cubrir la marcha opositora de hoy no fueron admitidos por las autoridades en el aeropuerto y serán deportados, denunció ayer el sindicato de periodistas.
“Mi viaje de trabajo tuvo mal comienzo: Estoy siendo deportado a Colombia”, tuiteó John Otis, corresponsal de NPR en Bogotá.
El martes, a un equipo de periodistas de la cadena árabe Al Jazeera que viajó a Caracas desde Argentina y México para cubrir la marcha tampoco se le permitió ingresar.
La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha asegurado que el gobierno de Maduro tiene “miedo” de que el mundo vea la marcha multitudinaria y que por eso, según él, no ha permitido el ingreso de algunos periodistas extranjeros.
La MUD reclamará en la calle al Consejo Nacional Electoral (CNE), al que tacha de chavista, la fecha exacta de recolección de las firmas necesarias para convocar el referendo revocatorio contra Maduro.
El partido opositor Primero Justicia (PJ) denunció ayer, en un comunicado, que once de sus militantes, que se dirigían desde el estado Anzoátegui para asistir hoy a la marcha, fueron detenidos por miembros de la Guardia Nacional Bolivariana.
Militarización
Militares y policías se desplegaron en sitios estratégicos ante la ‘toma de Caracas’ convocada por la oposición, que espera reunir hoy en tres grandes avenidas un millón de personas contra Maduro. Pasando a la ofensiva, los chavistas se manifestaron ayer en el estado Miranda y llamaron a la contramarcha.
Unasur
El secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá) llamaron, en un comunicado, a la manifestación pacífica en Venezuela. La Unasur y los expresidentes ejercen un papel de mediadores en el conflicto.
“Dictadura”
La Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) calificó al Gobierno venezolano de “dictadura” y denunció un “recrudecimiento de la represión” contra opositores previo a la marcha de hoy contra Maduro, quien advirtió que enviaría a prisión a sus dirigentes si incitan a la violencia.