Solidaridad. Areliza Villalba (i), Rina Llerena y Camila Donoso, activistas.

En busca de ‘Un juguete para Manabi’

Allí estaba ella. Tan pequeña. No tiene más de 11 años. Llegó con su padre al encuentro. Era quizá la cita más importante de su corta vida. Tres días después del terremoto que mató a más de 600 ecuatorianos, esta niña anónima donó para los niños afecta

Allí estaba ella. Tan pequeña. No tiene más de 11 años. Llegó con su padre al encuentro. Era quizá la cita más importante de su corta vida. Tres días después del terremoto que mató a más de 600 ecuatorianos, esta niña anónima donó para los niños afectados dos sacos de juguetes, sus juguetes.

La activista Areliza Villalba la recuerda bien. Fue la primera de cientos de ecuatorianos solidarios que acudieron a un llamado benéfico que tiene tentáculos en varias ciudades de Ecuador, incluida, por supuesto, Guayaquil.

Su casa en una ciudadela privada de la vía a Samborondón parece una juguetería. Se pueden ver en la sala rompecabezas, muñecas, peluches, carros, pelotas... y, aparte, más sacos de juguetes, arrimados a una pared. Ya casi no hay espacio para caminar, pero no por mucho tiempo. Una vez que se seleccionen, serán enviados a los niños damnificados por el terremoto.

Todo tuvo un inicio. El día de la catástrofe que aún nos tiene de luto, la quiteña Mónica Ron estaba con sus dos nietas en casa. “Vi su angustia, cómo se asustaron. Cuando supe el alcance de esta desgracia lo primero que hice fue pensar en esos pequeños que lo han perdido todo. Noté que los voluntarios priorizaban sus pedidos en alimentos, que son necesarios, pero también teníamos que donar sonrisas, alegría para esos niños”, explica desde la capital la mentalizadora del proyecto, que tuiteó la propuesta y tuvo acogida inmediata.

Areliza es la líder en Guayaquil junto con Rina Llerena y Camila Donoso, tuiteras activistas, con gran poder de convocatoria. Ellas debieron organizar un poco la logística de las donaciones y coordinar con los voluntarios que se sumaron en Cuenca, Machala, Ambato, Riobamba, Sucumbíos y en las zonas más afectadas.

“Es impresionante, esto me ha devuelto la fe en el mundo”, cuenta emocionada Mónica. Tiene por qué estarlo. Ayer, el tópico #UnJugueteParaManabi fue tendencia en Twitter. Las donaciones no dejan de llegar.

Y hay más. La solidaridad no quedará solo en el detalle de obsequiar juguetes. La Fundación Azulado, que enfoca su ayuda a menores desprotegidos, trabajará con los niños perjudicados y les ofrecerá apoyo psicológico. Se trata de un proyecto paralelo de atención postrauma que complementa esta campaña.

Es esa ONG la que tomará las riendas de la repartición de los juguetes. Así lo decidieron los activistas, pues consideraron que la experiencia de la entidad podría organizar de mejor manera toda la ayuda que ha traído esta iniciativa. Así, además, evitarán a personas inescrupulosas, como las que la semana pasada les pidieron donaciones para un albergue inexistente.

Si quiere donar, los activistas sugieren juegos de mesa, cuentos, libros, colores, juguetes, peluches, carros. Puede contactarlos en sus cuentas de Twitter (ver la infografía). BIMP