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Burlas, ataques e invisibilidad: las violencias a las políticas en Ecuador

Un informe de ONU Mujeres y del Consejo Nacional Electoral revela el "alto nivel" de discriminación que existe hacia las políticas ecuatorianas.

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Las agresiones verbales son las que más reciben las políticas ecuatorianas.Pixabay

Desprestigios, agresiones verbales, burlas, acosos o intimidaciones, son algunos de los ejemplos de violencia que más reciben las políticas ecuatorianas y que se revelan en el informe ‘Violencia política contra las mujeres en el Ecuador’, realizado durante este año por ONU Mujeres Ecuador, el Consejo Nacional Electoral (CNE) y Fundación ESQUEL.

El estudio también señala que la discriminación hacia las mujeres políticas inicia en las filas de sus propios partidos y se reproduce con fuerza durante las campañas electorales.

“La violencia política es un problema muy serio en el país y estaba invisibilizado”, explica a EXPRESO Bibiana Aído, representante de ONU Mujeres en el país.Es por esta razón que -cuenta Aído-, para darle relevancia al problema, decidieron realizar un diagnóstico de la discriminación que sufren las mujeres políticas en el Ecuador.

“La violencia política es un problema muy serio en el país y estaba invisibilizado”

Bibiana Aído, representante de ONU Mujeres Ecuador.

“El estudio nos confirma que existen niveles altos de violencia, que cuanto más están las mujeres expuestas ante las campañas electorales, más sufren violencia directa y estructural”, señala.Según el informe, el 58 % de la violencia proviene de actores políticos, es decir, dirigentes de sus propios partidos, candidatos y militantes contrarios y personal de la campaña electoral; el 32 % viene de actores sociales (votantes, familiares y redes sociales); y el otro 10 %, de actores estatales (policías, militares o funcionarios gubernamentales).

Además, si se detalla la violencia por la forma en la que se ejerce, el 66 % de las 50 políticas entrevistadas señalaron que fueron víctimas de mensajes discriminatorios, desprestigios, aislamiento o baja visibilización, que se enmarca dentro de la violencia psicológica. Un 30 % mencionó que sus familias, equipos de campaña y ellas mismas recibieron ataques o daños personales y un 16 % indicó que fueron acosadas sexualmente.

"Vemos cómo las mujeres en el ejercicio político son constantemente vigiladas y en el caso de las mujeres indígenas tienen incluso que pedir permiso a sus comunidades para participar", cuenta la representante de ONU Mujeres.

La viceprefecta del Guayas, Susana González, menciona que era “urgente” que un estudio así se realice y señala que estas discriminaciones por género deben sancionarse por medio de los códigos de ética de los mismos partidos, y que son ellos los encargados de incentivar la presencia de mujeres en altos cargos.“Los partidos tienen que asumir que ya no se puede seguir con esa brecha de desigualdad que hubo hasta las elecciones pasadas por falta de garantías para que las mujeres participen”, enfatiza González. 

.“Los partidos tienen que asumir que ya no se puede seguir con esa brecha de desigualdad que hubo hasta las elecciones pasadas por falta de garantías para que las mujeres participen”,Susana González

La política cuenta que cuando empezó a hablarse de este tipo de violencia dentro de los partidos, muchos militantes negaron la situación. "Algunas personas decían: '¿violencia? ¿A qué política han matado? En la política no hay violencia contra la mujer'. Sin embargo, cuando vas haciendo investigaciones y levantando información te das cuenta que hay formas de violentarla: por ejemplo, anulándola en su condición de viceprefecta o de vicealcaldesa o violentando los procesos para ocupar ese espacio en concejos donde mayoritariamente hay hombres o en concejos donde por alternancia les toca ocupar un espacio de poder".

Ambas entrevistadas sostienen que las reformas del Código de la Democracia que se aprobaron recientemente son un gran paso hacia la paridad y esperan que estudios como este sirvan para que los partidos empiecen a concientizar sobre el rol de la mujer en la política y la importancia de que ocupen puestos de toma de decisión.