Premium

Rafael Correa y Raisa Vulgarín
Propaganda. Con esta imagen ilegal, pues Rafael Correa tiene prohibido participar en la campaña, Raisa Vulgarín promociona su candidatura.Cortesía

Borrega triunfa en el extranjero

Perlas de campaña: Tres días después de la captura de Nicolás Petro, el correísmo guarda silencio sobre los hechos que lo salpican

¿Quién conoce a Raisa Vulgarín? En la vida política nacional, esta joven correísta es una principiante, apenas candidata a asambleísta alterna de José Agualsaca. ¿De quién? José Agualsaca, un ilustre desconocido que fue, a su vez, asambleísta alterno de Gabriela Rivadeneira. Cuando la mala conciencia precipitó la fuga de esta última rumbo a México, abandonando su mansión en las laderas del Pichincha, su magnífica biblioteca de clásicos renacentistas y, sobre todo, su escaño en el Parlamento, Agualsaca se principalizó y saltó al ruedo (es un decir), donde no hizo ni frío ni calor: se limitó a engrosar las filas de los asambleístas que leen con dificultad, que en la bancada correísta son legión. Alterna de un alterno de bajo perfil, Vulgarín no sería nadie de no ser por un pequeño detalle: triunfó en el extranjero.

arauz

Andrés Arauz, subido en el auto de una empresa ligada a coimas

Leer más

El caso se hizo público este fin de semana. Ocurre que el hasta ayer influyente y bien conectado Nicolás Petro, hijo de Gustavo, el hoy presidente de Colombia, confió en ella para una misión muy delicada: transportar 50 millones de pesos de Bogotá a Barranquilla. Plata sucia para la campaña presidencial, para engrosar las cuentas de algún Petro o para lo que fuera: a nadie que no sea de absoluta confianza se le encarga semejante tarea, por más novia del primo que sea. Raisa Vulgarín, pues, es una militante fiel, como mandan los cánones correístas que hicieron de Luisa González la candidata ideal. Podrá ser una principiante, pero no es una principiante cualquiera.

En la imagen oficial de su campaña aparece con la camisa azulita de la revolución ciudadana, sonriente y abrazada con su presidente eterno y eternamente prófugo: una pieza publicitaria ilegal, pues sobre Rafael Correa pesa una sentencia judicial que le despoja, por corrupto, de sus derechos de participación por los próximos 25 años: entre ellos, el derecho de intervenir en campañas electorales y otras actividades de los partidos políticos. Ahora, las sospechas que recaen sobre Raisa se suman a las certezas que disponemos sobre Rafael: foto explosiva por donde se la vea.

El Ecuador lleva tres días aguantando la respiración en espera de que Rafael Correa se pronuncie por Twitter y diga, fiel a su estilo, que no sabe quién demonios es Raisa Vulgarín, o que si la ha visto no se acuerda. A su favor se dirá que él no tiene por qué conocer a los candidatos a asambleístas alternos, nomás posa con ellos (lo cual puede ser cierto). Hasta se podría alegar que la imagen es de Photoshop o incluso que el Correa de la foto es una figura de cartón recortado, cosa absolutamente verosímil pues el expresidente prófugo se ha convertido, para todos los efectos, precisamente en eso. Pero nones: hay otra foto. En ella, Correa y Vulgarín aparecen aún más agarraditos, él de frente, sujetándola bajo su sobaco como a pajarito desvalido; ella de perfil con el pecho pegadito, cachete con cachete no, porque el otro es más alto, pero sí oreja con jeta, imagen de intimidad no fingida. Sí, se conocen y se quieren.

Andrés Arauz

La mala conciencia correísta

Leer más

Tres días han pasado desde que Nicolás Petro cayó preso en Colombia y la revista Semana, de ese país, hizo públicos los audios en los que se revela su relación con la candidata correísta, y hasta el momento ella no ha dicho esta boca es mía. Tampoco Marcela Aguiñaga, presidenta del partido, ha salido a dar la cara para explicarle al país de qué va la cosa. Se sabe que el dinero que movía el hijo del presidente colombiano provenía de un narcotraficante conocido con el alias de “El Hombre Marlboro”, lo cual no puede ser sorpresa para nadie. Ya ni importa saber si el expresidente prófugo y la dirigencia correísta (suponiendo que haya alguna por fuera de él) conocían o no de estas actividades de su candidata. El caso es que, como ocurrió con Ronny Aleaga y sus socios de la narcopiscina, el tipo de relaciones y contactos del correísmo parece conducirle siempre, de una u otra manera, hacia alguna mafia. ¿Por qué Raisa Vulgarín es candidata correísta? Porque es lo que hay.