Binomios para todo gusto

Binomios para todo gusto

La papeleta se aclara. Fieles a la costumbre, los candidatos a la presidencia de la República han esperado la recta final para volver público el nombre de sus binomios.

La papeleta se aclara. Fieles a la costumbre, los candidatos a la presidencia de la República han esperado la recta final para volver público el nombre de sus binomios.

El más reciente, Dalo Bucaram. Tras alejarse del roldosismo tradicional, el hijo del expresidente Abdalá Bucaram ha optado por un soldado fuera del radar predecible: el legislador quiteño Ramiro Aguilar (independiente), una de las voces más potentes de la oposición parlamentaria.

Aguilar, abogado pasivo, fiscalizador activo y tuitero hiperactivo, agradeció ayer la nominación y se refirió a Dalo como “un caballero decente”. La decisión resulta sorpresiva, luego de que el nombre del independiente se mantuviera con opciones en la terna de vicepresidenciables de Cynthia Viteri (PSC), quien finalmente se decantó, también esta semana, por el exministro de Economía, Mauricio Pozo.

Con el anuncio de ayer, solo resta conocer la decisión de Washington Pesántez (Unión Ecuatoriana) para que los binomios en la carrera por Carondelet estén definidos, antes del cierre de inscripciones del viernes.

De momento, los principales candidatos ya lo han hecho. Y todos los perfiles resultan diametralmente opuestos.

El oficialismo, el primero en orden de oficialización, llevará a Jorge Glas como el emblema de la marca correísta en la cada vez más suelta candidatura de Lenín Moreno, quien ha descartado un cambio de última hora por la aparición del apellido de su binomio en múltiples publicaciones sobre corrupción. Glas, a quien los verdeflex se han referido siempre como un “hombre técnico”, sigue recibiendo el impulso del aparato estatal para protagonizar la firma del acuerdo tardío con la Unión Europea. Y está prevista una nueva participación principal durante la visita del presidente chino, Xi Jinping, anunciada por Cancillería para el “transcurso de este año”.

Del perfil técnico, al político. Guillermo Lasso (CREO) sobre cuya imagen recae la carga empresarial y propositiva de la campaña, sumó a su esfuerzo la colaboración de Andrés Páez. Para nadie en sus cuarteles de campaña es un secreto cuál será la misión de Páez: dar las peleas en el tono que Lasso debe evitar. “Creo que todos saben cuál es mi papel”, dice a este Diario el propio Páez, en referencia a su rol fiscalizador.

A la campaña de Viteri le ha ganado la economía. El exalcalde Carlos Falquez, una de las principales voces socialcristianas, lo explicó con una metáfora: “Si a usted le duele el corazón, busca un cardiólogo; si al país le duele la economía, Mauricio Pozo, un economista probado”.

Por la otra vía ha transitado Paco Moncayo, el hombre de la Izquierda Democrática en el Acuerdo Nacional por el Cambio, cuyo rostro aparecerá junto al de Monserrat Bustamante, una catedrática sin pasado política y desconocida por la opinión pública. Allí radica, según la campaña de Moncayo, su mayor valor: no tiene vínculos con lo que prometen cambiar. Y punto adicional: es experta en educación superior.

Iván Espinel, el representante treintañero de Fuerza Compromiso Social, ha escogido a Doris Quiroz como compañera de fórmula de la candidatura presidencial más joven de la historia.

Los candidatos ya escogieron. Es el turno de los votantes.