Tras su muerte en 2013, la biblioteca amasada en vida por el literato y bibliófilo consagrado, Carlos Calderón Chico, quedó a la deriva.

Las obras, que sumaban ya 40.000 ejemplares, llevaban varios años intentando buscar un nuevo dueño. Sus familiares buscaban conservar los libros juntos, pero la venta, pese a negociaciones con el Ministerio de Cultura y Patrimonio y la Academia Nacional de Historia, no prosperó.

Hoy por hoy, el legado de Calderón Chico finalmente encontró un hogar en la Biblioteca Municipal de la urbe, que la adquirió por $ 40.000, todo el Fondo Anual de Adquisición de Libros de la entidad.

“La biblioteca de Carlos Calderón Chico estaba avaluada en $ 200.000, y es un infortunio que no pudo encontrar comprador. Nosotros hemos contribuido con lo que podíamos. Es una joya. Tiene libros importantísimos, y ahí hay una gran parte de la producción literaria del país”, comentó Melvin Hoyos, quien preside la Dirección de Cultura del Cabildo porteño.

Los tomos están siendo procesados por ocho bibliotecarios. La gran mayoría de estos pasará a las estanterías de la entidad, y los que estén repetidos irán a formar la biblioteca, que llevará el nombre de su primer propietario, en el Centro de Atención Municipal Integral de Bastión Popular.

El segundo fondo bibliográfico que se sumará a la institución serán los cuarenta mil tomos pertenecientes al catedrático, jurista y revolucionario Manuel Medina Castro.

Al fallecer, este pidió que las obras se donarán al partido comunista, pero esto no se pudo concretar. Los tomos, que también están en proceso de catalogación, podrán ser consultados a partir de 2017. MTN