Al banquillo

Lo que acaba de pasar en la Asamblea Nacional al autorizar el juicio penal contra el vicepresidente sin funciones, da una especie de espaldarazo político al presidente de la República de parte del grupo de asambleístas de la 35 y de la oposición. Recordemos que el presidente dijo claramente, que los dedos apuntaban a JG y que conforme avanzaban las investigaciones, los hechos se acercaban cada vez más a él.

¡Era obvio! No puede ser que el tío, los subalternos y otros acólitos de transacciones truculentas estén procesados, detenidos y por los techos, mientras a JG no le pasaba nada. Era como mágico, todo alrededor de él pasó sin que se diera cuenta. ¡Esa rueda de molino no se la traga nadie! Algo que no estaba claro era si el primer mandatario tenía apoyo de sus coidearios en la Asamblea. Hasta hoy algunos estaban distantes, rebeldes; otros melancólicos y extrañando al que se fue. Pero, finalmente, aprobaron lo que debían, por decencia ante el país. Ahora el proceso estará en manos del poder Judicial, donde otros escenarios se moverán. Ahí veremos muy atentos cómo se deshilvana el hilo de este escandaloso caso de corrupción. Advertía anteriormente que Odebrecht no sería el único caso, le siguió la refinería de Esmeraldas. También deben revisar los fondos entregados al proyecto de la refinería del Pacífico y el más fresco que acaba de salir a la luz pública, que es el proceso que involucra a Ramiro González, exmiembro del gobierno de la década pasada; y así seguirán saliendo más.

Con la cantidad de fondos que movieron durante los anteriores diez años, sin que hayan transformado y revolucionado nuestro país, van a encontrar caliches, troneras y hoyos negros por donde se fueron cifras multimillonarias. Mientras más escarben más encontrarán. Ya era hora de que algo pase y también es tiempo de que se concluya este y otros procesos, endilgando responsabilidades a todos los involucrados, llegando hasta lo más alto de la cima. La investigación no debe tener límites ni fusibles para cortar cualquier conexión con el o los verdaderos capos de semejante atraco.