Dramatismo. Diputados durante la agitada sesión que precedió ayer la votación de los 513 representantes sobre el juicio político contra Rousseff.

La balanza se inclina a favor del juicio politico a Rousseff

Ese procedimiento fue cuestionado por el Gobierno, por considerar que crearía una corriente inicial sumamente favorable a la oposición, dado que los primeros son poco poblados y los segundos ampliamente favorables a la oposición.

Los diputados brasileños votaban ayer, hasta el cierre de esta primera edición, una moción de ‘impeachment’ contra la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, que podría verse privada de su mandato si esta es aprobada y luego ratificada por el Senado.

Los representantes eran llamados a indicar su voto por un micrófono y a explicar su decisión en apenas 10 segundos, alternando los estados del norte y del sur, según una disposición del presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, un acérrimo adversario de Rousseff.

Ese procedimiento fue cuestionado por el Gobierno, por considerar que crearía una corriente inicial sumamente favorable a la oposición, dado que los primeros son poco poblados y los segundos ampliamente favorables a la oposición.

En efecto, de los primeros 254 votos, 200 fueron a favor del ‘impeachment’ y 51 en contra, con tres abstenciones.

Si el voto a favor recoge el apoyo de 342 de los 513 diputados (dos tercios de los escaños) y el Senado ratifica en las próximas semanas esa decisión, Rousseff será sometida a un juicio político que implica su separación transitoria del cargo. La sustituiría su vicepresidente, Michel Temer, quien podría gobernar hasta el fin del mandato en 2018 si los propios senadores declaran a Rousseff culpable en un plazo de 180 días. Se calculaba que los resultados se iban a conocer a eso de las 19:00 (de Ecuador), tras el cierre de esta edición.

Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), es acusada de haber manipulado las cuentas públicas para ocultar la amplitud de los déficits en 2014, el año de su reelección, y a inicios de 2015. La mandataria niega esas acusaciones, y las atribuye a una conspiración orquestada por Cunha y Temer.

Ese escenario mostraría la puerta de salida al ‘lulismo’, del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), figura emblemática del hoy maltrecho ciclo de gobiernos de izquierda en la región.

“Para combatir el proyecto de poder y corrupción de Lula y el PT ( ), voto sí por el ‘impeachment’”, dijo el diputado Luiz Heinze, del PP, un partido que hasta la semana pasada era aliado del PT.

Henrique Fontana, del PT, declaró: “Contra la conspiración y la corrupción representada por Cunha y Temer, por la democracia y contra el golpe, voto no al ‘impeachment’”.

La crisis política es observada con preocupación por el resto del mundo, a menos de cuatro meses de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río.

Manifestantes de los dos bandos en las principales ciudades seguían la votación por pantallas gigantes.

En Sao Paulo, sobre la avenida Paulista, donde estaba reunida la oposición, los votos por el ‘impeachment’ se festejaban como si fueran goles, con bocinazos, saltos y banderas al aire.

Las concentraciones eran sin embargo menos concurridas de lo anticipado. Según el diario Folha de Sao Paulo, había manifestaciones en unas 60 ciudades, que movilizaban antes del inicio de la votación a apenas 21.000 partidarios del Gobierno y a 62.000 opositores.

En Brasilia, se adoptó un dispositivo para recibir a 300.000 personas, separando a los partidarios y adversarios del ‘impeachment’ con una valla de paneles metálicos de un kilómetro tendida a lo largo de la explanada de los ministerios.

Pero hacia las 15:30, había apenas 7.000 partidarios de Rousseff y 18.000 del otro bando, según estimó la policía.