Estado. Varios obreros tratan de arreglar una calle de Alluriquín destruida por la creciente del río Damas.

Autoridades dicen que llego la hora de reubicar Alluriquin

Los estantes de los tradicionales dulces de Alluriquín están vacíos. El comercio y las actividades propias de la parroquia tratan de normalizarse, mientras sus calles siguen llenas de lodo.

Con baldes, palas y maquinaria se limpian los escombros y agua estancada que quedó en el pueblo y viviendas por el desbordamiento del río Damas, el pasado martes.

Tras el susto, 17 personas evacuaron y se encuentran albergadas en Santo Domingo de los Tsáchilas. Otras, por su cuenta, han decidido abandonar sus casas y ponerse a buen recaudo, como Ana (nombre protegido), quien esperaba un camión para sacar sus pertenencias.

La mujer, quien es dueña de una vivienda en la avenida Quito, calle principal de la parroquia, no sufrió ninguna afectación por la emergencia de la madrugada del martes, sin embargo, teme que se presente otra tragedia y no resulte con tanta suerte como hasta ahora. “Cada vez pasan cosas y uno sigue de necio. Ya han sido muchas advertencias, por eso me voy”, sostuvo.

Pero no todos piensan como ella. Luego de perder más de 20 mil dólares en accesorios de celulares y artículos varios de su local, Blanca Jaya dijo que no saldrá de Alluriquín, pues no tiene a dónde ir.

“Esta casa es de mis papás, ellos son discapacitados y no quieren irse. Yo con mi local trabajaba para todos”, contó.

Según el COE provincial, 300 personas resultaron afectadas y 70 damnificadas. Cuatro fallecieron y tres están desaparecidas por la emergencia. En cuanto a las viviendas, reportan que 65 fueron afectadas y 15 destruidas en su totalidad.

Doris Merino, gobernadora de la provincia, señaló que la zona en la que se encuentra Alluriquín “es de peligro” y que el Municipio de Santo Domingo de los Tsáchilas sí ha gestionado la reubicación de sus habitantes, pero ellos se han negado.

El río Damas habría sido desviado de su caudal hace más de medio siglo, lo que representaría un peligro para la población. Así lo reveló Merino, quien se basa en el testimonio de los habitantes más antiguos.

“Desde la declaratoria (de zona de riesgo), el Municipio prohibió las construcciones en la parroquia. Tenemos un lugar donde se podría reubicar a la población; nosotros invitamos a la ciudadanía a que tome conciencia del peligro, ya hubo personas que fallecieron”, sostuvo Tex Montes de Oca, director de Seguridad Ciudadana del Municipio de Santo Domingo de los Tsáchilas.

Este lugar estaría a 3,5 kilómetros al norte de donde se encuentra Alluriquín, en la parte alta de la montaña.

El funcionario señaló que hay un plan coordinado entre varias instituciones para otorgar el financiamiento de las viviendas para la reubicación, sin embargo, “lo más difícil es convencer a los habitantes de hacer el cambio”.

Merino insistió en que no hay voluntad de los moradores por salir, pese a los riesgos manifiestos. “Más bien con sus dirigentes han buscado presionar a las autoridades para que se levante la declaratoria de emergencia, para poder reconstruir sus casas y así evitar la reubicación”, precisó.