Articulo

Estados Unidos es el principal socio comercial de Ecuador. La Unión Europea es el principal destino de los productos ecuatorianos. Colombia y Perú son los que más compran mercancías industrializadas ecuatorianas. Asia y Estados son los mayores compradores de camarón.

Todos son protagonistas en el panorama de comercio exterior ecuatoriano. Pero vale la pena valorar con quién tiene el país una relación más provechosa. Sobre todo, en un contexto de crisis económica y desbalance comercial a causa, entre otras razones, de la caída del precio del petróleo. Con esta justificación, el Gobierno ha aplicado medidas de restricción que alteran el comportamiento de las exportaciones e importaciones, en un momento en que el país abre sus puertas a un acuerdo con la Unión Europea, pero mantiene el candado en la puerta con Estados Unidos.

Se trata de una elección que no se basa puramente en razones de rentabilidad comercial. Ya que si hay un socio en transacciones absoluto e indiscutible para Ecuador es Estados Unidos. Así lo dicen las cifras del Banco Central de Ecuador. Pese a la caída del petróleo y de las exportaciones petroleras, pese a las salvaguardias, pese a la apreciación del dólar, EE. UU. es el país que más millones de dólares intercambia con Ecuador. Y, además, mantiene desde hace años una balanza positiva, incluso con la rebaja petrolera.

El año pasado -últimas cifras de año completo- ese país le compró a Ecuador 7.200 millones de dólares (un 55 % en petróleo y un 45 % en otros productos como el camarón o el banano) y le vendió 5.400 millones (un 40 % importaciones petroleras y un 60 % en no petroleras). Un año antes, con solo medio período de impacto petrolero, las exportaciones eran mucho mayores: 11.200 millones. También las importaciones, de 8.400 millones, y el saldo positivo para Ecuador, de casi 3.000 millones (1.000 millones más que la balanza comercial total de 2015).

Pero recién la semana pasada, el ministro de Comercio Exterior, Juan Carlos Cassinelli, visitó el país con miras, al menos, de retomar las conversaciones sobre preferencias arancelarias. No hay que olvidar que ha sido en este Gobierno cuando se renunció a los beneficios aduaneros del Atpdea y que solo se mantienen, pendientes de renovación, los de SGP concedidos por el Gobierno estadounidense. Y también que Estados Unidos, según declaró en consultas ante la Organización Mundial del Comercio por las salvaguardias ecuatorianas, lleva desde 2003 buscando sentarse a la mesa con el país para resolver problemas de restricciones, certificados o requisitos comerciales que están mermando los intercambios.

Ecuador es el único país bañado por las aguas del Pacífico que no tiene un acuerdo comercial con Estados Unidos, pese a que podría ahorrarse el tránsito de barcos por el Canal de Panamá y pese a que, compartiendo la misma moneda, no existe pérdida de competitividad o problemas de devaluación.

Desde Canadá, hasta Argentina, con los vecinos de Colombia y Perú, y Centroamérica, incluidos.

Pero por el momento, Ecuador solo ha comprado pasaje para atravesar el Atlántico y firmar un acuerdo comercial con la UE que lleva dos años metiendo la nariz en la ‘foto finish’ de los trámites. A finales de 2014, hubo que apremiar a las instituciones europeas para que extendieran preferencias arancelarias hasta diciembre de 2016. Ahora, los ministros ecuatorianos del ramo han extremado sus dotes de diplomacia para que la UE vuelva a darle prioridad, entre sus muchos asuntos y problemas, a la negociación con Ecuador. De manera que el sector exportador nacional no se vea en más apuros, sin privilegios arancelarios, hasta que el acuerdo reciba el visto bueno del Parlamento Europeo.

La firma del acuerdo será la primera del país con uno de los grandes bloques mundiales de comercio. Estados Unidos, pese a la cercanía, sigue lejos. Y la remota China, que está más cerca en relaciones, mantiene desde hace años unas cifras milmillonarias de balanza comercial con Ecuador de signo negativo.