En arca abierta hasta el justo peca

Se advirtió por 10 años acerca de que todo poder sin contrapesos se corrompe a fondo. El régimen forajido no fue la excepción. Se decían ‘incorruptibles’, de manos limpias. Dudar de su integridad es denuncia ‘maliciosa y temeraria’, pagadera con demanda y cárcel.

La declaración oficial de que “los traidores eran personas honorables” se aplica a tantos funcionarios que ostentan un ‘buen vivir’ de magnates tras la bonanza de 350.000 millones de dólares.

El monopolio de Estado es caldo de cultivo para la corrupción viral. Como advierten los abuelos, ‘en arca abierta hasta el justo peca’.

Paul Tapia Goya