Aprendamos a esperar

En estos tiempos de fin de año, al final del camino suele invadirnos alguna lágrima que quedó al paso, quizás ella portadora de algún dolor que nos condena, o posiblemente esté en ella la esperanza que nos salvó.

Es necesario esperar contra toda esperanza y amar sin esperar nada, sin olvidar ser generosos. Aunque tengamos poco, podemos dar más, porque lo que das es lo que tienes.

Pensemos con optimismo en el futuro, tratemos a los demás con respeto, seamos justos. Y por sobre todo, tanto en la plenitud y alegría, como en la desesperación y necesidad, oremos con fuerza a Dios para que nazca en los corazones y nos ayude a encontrar el camino de la luz y la verdad. Amén.

Francisco Landucci Carballo