Tradición. Cada acto ahora es aplaudido.

La ancestral fiesta del rodeo en el campo pierde su magia

Cantones donde realizan los rodeos son Daule, Balzar, Bucay, Yaguachi, La T de Salitre, en estos lugares todavía se celebra en octubre como día de la raza.

Frente a una gran vitrina colmada de trofeos de todo tipo y tamaño, ubicada junto al balcón de la vivienda, dialogan Gabriela León y su madre, añorando los emocionantes rodeos de tiempos pasados.

La prohibición del uso de armas lo convirtió en un evento montuvio sin alma, silencioso, se perdió según ellos la esencia del rodeo que se sustentaba en el bullicio y balaceras al aire como muestra de aprobación de la faena y de alegría del público.

Los trofeos que se exhiben son la muestra de las habilidades de los vaqueros de la hacienda Marthita, de propiedad de Wilson León, conocido en el sector de Salitre y sus alrededores, como Don Wicho.

En la casa de la hacienda, guarda celosamente una colección de sombreros y trajes montuvios, utilizados en los rodeos por él y sus descendientes.

Sus hijos Gabriela, Martha, Julia y Javier León eran usuales ganadores de los rodeos en los que participaron mostrando sus destrezas y habilidades, especialmente en la monta de chúcaros y artes de enlazado de novillos y caballos.

“Ahora ya no es lo mismo, la celebración es con aplausos, unos lo hacen y otros no, la magia de los disparos al aire se perdió con la prohibición, en nuestras presentaciones jamás hubo un herido o algún disparo que no fuera al aire”, dijo Gabriela León a EXPRESO.

La esposa de Don Wicho, Guillermina, en otros tiempos, supervisaba la buena presentación de sus jinetes, en ese momento disparaba al aire como muestra de aprobación, igual al momento de la celebración por la mejor presentación.

“Esta afición nació de mi padre, él fue uno de los mejores jinetes, domador de caballos, además yo gané varios trofeos en el caracoleo, los de la hacienda siempre ganábamos, teníamos nuestras vidas dedicadas a los caballos y el ganado”, dijo Don Wicho.

“La buena monta era para nosotros una celebración”, comentó el hacendado.

Comenta que ahora no se puede usar armas; si se lo hace se lo llevan preso, el permiso ya no tiene validez, cargar una pistola ahora es un peligro para él. Se lamenta amargamente de la pérdida de la costumbre y anhela que algún día vuelva la fiesta del rodeo original, con disparos.

Según Gavino Sánchez, propietario de una plaza móvil de rodeo montuvio en Naranjal “Por un lado hicieron bien porque la gente se emborrachaba y disparaba sin ver a dónde, no solo al aire, hubo algunos muertos, más que nada gente nueva sin experiencia, esto hizo que las personas asistan sin temor a los rodeos montuvios”.

Actualmente nos está afectando la prohibición, porque la gente no asiste al no haber bala, no se permite tampoco el licor y además la situación económica que afecta al país; antes se asistía a los rodeos gratis, en la actualidad muchas personas no pueden o no quieren pagar ni 5 dólares.

“El rodeo va desapareciendo, pero habemos personas tercas que por el hecho de mantener nuestras tradiciones seguimos con lo mismo y lo mismo, no abandonamos las cabalgatas tampoco, ya esto va muriendo y queremos que reviva en el pensamiento de los jóvenes”, dijo Sánchez a EXPRESO. (F)