
El amor segun Morat
La banda colombiana disparó sus ‘balas perdidas’ el pasado domingo en el Coliseo Jefferson Pérez de Cuenca.
Habían corazones rotos, corazones enamorados y corazones esperanzados. Todos corearon las canciones de la agrupación colombiana Morat durante su presentación en el coliseo Jefferson Pérez Quezada el pasado domingo.
Cuatro mil voces se volvieron una en desde esta primera estrofa de ‘Mi nuevo vicio’: “Trato de pensar que nada pierdo intentando, darle vuelta a todo y dejar irte tal vez. No sé qué me pasa ¿A quién estoy engañando? Mis ganas me consumen y me empieza a doler”. Era un avance que esa noche se viviría amor y desamor a la vez y no importaba si tenías 12 o 35 años.
Juan Pablo Villamil, Juan Pablo Isaza, Simón Vargas y Martín Vargas tienen actitudes de rockstar, solo que usan banjos por guitarras eléctricas y sus sonidos son más acústicos. Pero despiertan las mismas pasiones de las fans enamoradas, quienes con sus celulares grababan cada movimiento.
Es el amor la palabra clave en el show de estos cuatro amigos que se conocen desde su infancia. Sus baladas de palabras sencillas están cargadas de sentimientos. Provocan llorar, recordar, dedicar o llamar a esa persona que no hizo mucho bien.
Entre canción y canción los Morat conversan mucho y van dando detalles de como compusieron los temas. Se sentía como una peña entre amigos (con muchas luces y pantallas gigantes) y las anécdotas eran esas historias. Así revelaron que compusieron una canción para hacer sentir mejor a la hermana de Isaza, quién rompió con su novio y le provocó una gran tristeza. ‘Otras se pierden’ es el tema y es con el cual dan apertura a su último álbum ‘Balas perdidas’. “Fue un acto de nobleza y de cariño enorme. Habla de como es el proceso para olvidar a alguien y que lo peor son los primeros cinco días”.
Quienes están en una relación también tienen dónde escoger, y hay de toda clase de amores: los imposibles, los que fueron y no van más, los de una noche, y los que quieres que sean para toda la vida. ‘El embrujo’, ‘Acuérdate de mí’, ‘Cuando nadie ve’ y ‘Mi vida entera’. Este último pensado para quienes usan sus canciones para pedir matrimonio.
Las dos horas del show son melodramáticas y se vivía en la cara de los presentes, quienes estaban con lágrimas y sonrisas, tristeza y felicidad. Ellos experimentaron el amor según Morat: agridulce pero esperanzado.