Un amor inequitativo

Al año 2016 nuestra balanza comercial con China fue negativa, llegando a un desnivel de más o menos 3.000 millones de dólares. Este dato es una muestra del maltrato que ha sufrido nuestro país.

Y hay muchos acontecimientos más dentro de esta perjudicial trama. Veamos algunos: desde el 2012 ya hubo reclamos de los trabajadores ecuatorianos con las empresas chinas.

Ellas, en su mayoría, poco se han preocupado por el bienestar de su mano de obra en general. Con campamentos incómodos, sin respetar los más mínimos requerimientos de higiene, y con una atención deficiente en la alimentación, entre otros problemas, el desenvolvimiento laboral se ha dado en condiciones precarias e inaceptables.

Y hay más casos: los trabajadores ecuatorianos de Tiesiju, a cargo del Proyecto Multipropósito Chone, iniciaron acciones de hecho y legales por el incumplimiento de las obligaciones empresariales, sin que hasta el momento se conozca si aquellas se han liquidado. En el 2012, el IESS, a través de Riesgos de Trabajo, investigó en la obra Coca Codo Sinclair el sistema de Transporte de Sinohydro, luego de un accidente en el que perecieron dos trabajadores.

En septiembre de 2013, en el Proyecto Hidroeléctrico Delsitanisagua, a cargo de Hidrochina, en la vía Loja-Zamora, murió un trabajador chino aplastado por un desprendimiento de rocas. En 2013, 150 obreros de Ecuacorriente -ECSA- a cargo del Proyecto Mirador en Zamora Chinchipe, ocuparon un campamento para reclamar el cumplimiento del contrato colectivo. La situación se arregló por la intervención de las autoridades nacionales, luego de una fuerte presión a la compañía china.

En febrero de ese mismo año, la empresa Harbin Electric, a cargo del Proyecto Minas de San Francisco, de Celec EP, fue denunciada por abusos en contra de los trabajadores. Uno de ellos fue el pago de un salario reducido por una jornada de casi 10 horas diarias y 22 días por mes.