Amnesia tactica

Ecuador es fuerte defendiendo la pelota y no defendiendo los espacios. Se nos borró la inteligencia emocional contra Brasil y Perú en los 35 minutos originales. Perdimos la pelota en el 85 % de los duelos personales.

Perú abrió la cancha y penetró. Paolo Guerrero facilitador para tocar y continuar, obligó al rival a perseguirlo generando claros. Fue la línea de flotación ofensiva para que anote Cueva ( 6´). Creó pases de seguridad uno tras otro para el gol de Flores (12´).

Los peruanos jugaban cómodos. Se agrupaban alrededor de la pelota. Paolo quería tenerla, mientras Vilches, Tapia y Cueva festejaban quitándosela a los Valencia. Volvimos a sufrir con las pelotas cruzadas.

Revoredo se perdió el tercero de Perú (22), cuando estábamos 0-2 y no encontrábamos respuestas.

El adversario tenía el 66 % de efectividad en remates. Noboa y Miler se sobrepusieron a la tormenta.

El rival sin el balón perdió precisión, claridad y contundencia. Antonio Valencia se aprovechó de una mala salida adversaria, Enner no permitió ser fijado por los centrales, la domesticó con el pecho y sacó un violinazo intenso y feroz. El gol tuvo el valor del instinto y de la voluntad (39´). Fue agua en el desierto. El fútbol no posee verdades absolutas, sino talentos únicos.

Miler nos hizo saber que tiene conocimiento profundo del juego; Montero lo acompañó, llegó lanzado como una amenaza real; Noboa la tocó con carácter; Montero con el pecho le exigió obediencia y mansedumbre a la pelota; Miler se la pidió de vuelta y mostró su colmillo goleador (47´). Lo gritó sacándose la bronca por el gol que no le cobraron ante Brasil, supuestamente porque la pelota había salido.

Ecuador es incontestable cuando no pierde la posesión. Precisión es la mejor manera de atacar, y también de defender.