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Los alumnos vuelven a clases y a intoxicarse

La recaída de once menores, en su mayoría de la sección primaria, puso a estos en alerta. “Nunca debieron hacerlos venir, el tóxico sigue aquí”, decían.

Impacto. La alarma se prendió alrededor de las 09:00 cuando, según los padres, el olor empezó a concentrarse sobre todo en la sección primaria.

Volvieron las clases y también el problema. Cuando todos esperaban que los alumnos de la unidad educativa Leonidas García, ubicada en la avenida Casuarina, norte de Guayaquil, tuvieran un día de clases normal, las ambulancias empezaron a llegar y los reclamos de los padres comenzaron a multiplicarse. La recaída de once menores, en su mayoría de la sección primaria, puso a estos en alerta. “Nunca debieron hacerlos venir, el tóxico sigue aquí”, decían.

El pasado martes, luego de casi cuatro semanas sin clases “por precaución”, el Ministerio de Educación emitió un comunicado anunciando que, debido al informe favorable de la Dirección de Ambiente municipal -que determinó que en el área, la presencia de gases tóxicos estaban por debajo del índice de la norma- las actividades se reanudarían ayer en el plantel.

Sin embargo, cerca del mediodía, luego de que decenas de niños (sumados a los atendidos en las tres ambulancias que llegaron a la institución) fueran retirados por sus familiares por temor o por presentar molestias en la garganta, fuertes dolores de cabeza, mareos, náuseas, bajas de presión y picazón, la subsecretaria de Educación de la Zona 8, Érika Lainez, resolvió interrumpir las clases de esta jornada y la vespertina, que en total suman 4.000 estudiantes, hasta segundo aviso.

“Se suspenderán las clases hasta que el Ministerio de Salud determine clínicamente las causas de las afectaciones en la salud (...). Mientras tanto continuaremos con el plan acordado (desde el 7 de noviembre) de enviar tareas asistidas a casa”.

Pese a que Fabricio Echeverría, coordinador de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos de la Zona 8, también presente, negó que los once escolares hayan sido llevados a un centro de salud; Patricia Aldás, madre de uno de ellos, afirmó lo contrario.

A la mujer, que había regresado de su trabajo, cerca de las 10:00 se la vio angustiada intentando buscar transporte. “A mi hija se la han llevado a un hospital para revisarla. Está mareada, bastante afectada. La acompañan otros seis niños. Me da tanta rabia que crean que somos tontos, me han dicho que quizás vino intoxicada de casa. Es absurdo”, aseguró la madre.

Mirian Barén y Polonia Bartola, también madres, fueron notificadas de la alerta por las docentes de sus vástagos. “Me llamaron diciéndome que venga pronto, que mi hija estaba mareada. Y aunque la atendieron y me aseguraron que estaba bien, la llevaré al Hospital Universitario para que la revisen”. Rosalinda, la hija de Barén, cursa el sexto de básica. Al momento de la entrevista lucía temblorosa, pálida.

Aunque por la ubicación de sus aulas, la mayoría de los estudiantes de secundaria dijeron no haber percibido el olor -a excepción de unos cuantos que fueron también evacuados- en la unidad educativa el alboroto fue evidente. Si bien, durante la jornada, las autoridades negaron la entrada a la prensa, se pudo observar a los padres sacando a sus vástagos con mascarillas y toallas mojadas sobre sus cabezas, y dos unidades de materiales peligrosos del Cuerpo de Bomberos, entrando y saliendo del lugar en repetidas ocasiones.

Quienes estuvieron a cargo de este último equipo confirmaron (tras un análisis) que no hubo presencia de gas tóxico -como el amoníaco- emanado. Sin embargo, aseguró Echeverría, se percibió un “olor no agradable que podría estar asociado a los síntomas que presentaron los infantes”.

Para confirmar qué tipo de gas es este y más aún los daños que provocan, Educación solicitará al Cabildo que evalúe las condiciones de al menos siete fábricas que trabajan con químicos y sustancias similares en la zona. Y aunque la Dirección de Ambiente, a decir del vocero municipal Jorge Rodríguez, ya lo hizo ‘in situ’ en su reciente análisis e incluso a un número mayor de compañías, estarían prestos a repetirlo.

Hasta las 17:00 de ayer el requerimiento no les había llegado.

Lainez, que solicitó además realizar una limpieza exhaustiva al plantel para atenuar el impacto, no descarta reubicarlo si los resultados de los exámenes son preocupantes. “Lo estamos analizando, de ser así tendríamos que pensar en la ubicación y en un plan contingente que nos permita precautelar el término de su año lectivo”.