CHAMANGA. Pobladores de San José de Chamanga circulan entre los escombros que dejó el terremoto del sábado 16.

Alquiler caro, otra inquietud para los damnificados

PRECIOS. Pobladores de Manta denuncian que los valores de los alquileres han subido tras el sismo

La solidaridad decae a la hora de negociar un arriendo. En Manta los precios por una vivienda o por un local comercial han subido y se solicitan garantías por adelantado. Lo contaron a EXPRESO pobladores del cantón.

“Me pidieron una garantía por dos meses de arriendo y que pague por adelantado el primer mes”, detalla Rolando López. Él y su esposa Mónica Barce no tienen ese dinero. Ellos están albergados en el campamento de la calle 102, cerca de la ciudadela Tarqui.

López lamenta que la gente trate de aprovecharse y no entienda la situación que están atravesando. Él no tiene empleo. Era comerciante informal en la denominada zona cero de la ciudad, que fue la más afectada por el movimiento telúrico de 7,8 grados que sacudió parte de la región Costa.

“No podemos pasar todo el tiempo en el albergue. Ya vienen clases y quisiéramos estar en una vivienda”, comenta Barce.

No es el único caso. Hernán Acosta arrienda lo que hasta el sábado era un local comercial, en el centro de la urbe. Quiere salir de allí porque no se siente seguro. Los edificios aledaños, dice, “quedaron sentidos” tras el fuerte sismo.

“Con mi esposa, hemos caminado por varios lugares y en todos han subido (los arriendos). Los que costaban 80 dólares ahora están en 110. Y en los que estaban en 150 dólares ahora piden 180 y hasta 200”, cuenta. Ha recorrido el sector de Jocay, Cristo Rey, Urza, Circunvalación y el centro.

En todos, además, les han pedido un depósito previo como garantía.

Los casos de pobladores en búsqueda de un arriendo barato se encuentran con facilidad en el centro de Manta.

Lina Zambrano también se siente afectada por los arrendatarios. Ella vive su propio calvario: está peleando para que la dueña de la casa en la que vive le devuelva la garantía que le entregó hace dos años. Ella necesita ese dinero para ‘migrar’ a los sectores periféricos donde hubo menos afectación durante el terremoto.

Su hermana le avisó que cerca de Rocafuerte hay una vivienda de arriendo porque los inquilinos se fueron a la Sierra. No puede concretar nada, se lamenta, si no recupera el dinero.

“Es inaceptable. ¿Dónde está la solidaridad de la que tanto se habla si nos ponen trabas en todo momento para arrendar?”, se pregunta, por su parte, Lina Cevallos. Ella, junto con sus dos hijos y su esposo, busca una casa pequeña, pero no le alcanza. Le pidieron 180 dólares más el pago del agua y la luz. Para ella es caro porque además tiene que pagar los pasajes para ir a trabajar. “Cada cosa suma y eso nos limita para cambiarnos de casa como deseamos”, indica su marido, Homero Zambrano.

Comerciantes que quieren reactivar sus negocios también se han encontrado con una importante alza de precios. El caso de Teresa Mina es un ejemplo. Tenía un negocio de venta de mariscos en la ciudadela Tarqui. Ahora no sabe a dónde llevará sus cosas. En un primer intento que hizo para buscar un local, le pidieron $ 300. Coincide con Cevallos: “Es inaceptable”.

En la vía de Manta a Montecristi está la urbanización privada Montecristi, donde hay varias piezas de arriendo. Un inquilino, que no quiso identificarse, contó que la mensualidad es de 180 dólares. Son casas con tres habitaciones, dos baños, la sala y la cocina. El problema es que la mayoría “vienen a preguntar, conocen el precio y se van”.