
Alguien le hace cometer a Noboa las más torpes equivocaciones
Análisis. Errores presidenciales, y otros muchos más, abren la interrogante sobre si hay un quintacolumnista en el gobierno
Cometer errores en política ocurre frecuentemente en todos los gobiernos y en todas partes del mundo. Pero hay una diferencia grande entre cometer errores esporádicamente y cometerlos constantemente. Y hay una diferencia entre cometer errores que son forzados por las circunstancias (errores forzados se llaman en tenis) y cometerlos por lo que parece ser una simple torpeza. El problema es cuando esos errores no son errores sino obra de una mente astuta que quiere perjudicar al gobernante. Este podría ser el caso del gobierno de Daniel Noboa: son tantos y tan gordos los errores que parecen estar hechos perversamente a propósito, por alguien que quiere perjudicarlo y beneficiar a sus adversarios: los correístas.
Está, por ejemplo el tema de la compra de un portal digital y una radio, la Posta y Radio Centro, por parte de una empresa opaca, llamada Galamedios, conformada días antes de la compra y que pagó por esas dos empresas la cifra de 2,6 millones de dólares. Aunque no hay ninguna comprobación de que el gobierno de Noboa estuvo tras la operación, la persona que ideó la operación hizo todo, con gran eficiencia, para que sea groseramente evidente que quien hizo la compra fue el gobierno. Esa persona no se preocupó que el dueño de Galamedios, sea un asambleísta de medio pelo con un patrimonio que no le permitiría comprase ni una moto. Además, que haya colocado como gerente de Galamedios a una persona cuyo hijo es pareja de la primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Mishel Mancheno. Y que semanas antes de que la opinión pública se entere de la venta de la Posta, en ese medio se haya difundido una acusación contra Granasa, la editora de EXPRESO y EXTRA, sugiriendo con datos mentirosos y forjados que es una empresa que evade impuestos y que lava dinero: exactamente los mismos datos que días más tarde sacó en un video, José Julio Neira, director de la UAFE.
Pues bien, la persona que ideó la compra de esos medios no se preocupó de conseguir un comprador algo más fiable (nadie puede creer que Luis Alvarado Campi haya tenido los recursos) ni de tener lista una coartada creíble para dar una versión sobre de dónde salió el dinero. Y aunque no es de idiota sino más bien de mala persona, el ideólogo de esa compra, no fue capaz de hacer la operación de tal forma (las mafias siempre encuentran mecanismos para eso) de no exponer a los vendedores de esos medios a que en un futuro tengan que devolver lo ganado (el peculado nunca prescribe) y someterse a vergonzosos procesos judiciales.
Luego está la que es una campaña de persecución idiota: la que se ha articulado en contra de EXPRESO, quizás el medio más incómodo para el gobierno. Hasta ahora, los datos falsos y trucados sobre lavado y evasión de la empresa, que se han publicado, no han resistido la más elemental verificación, dejando en ridículo incluso a medios como la Posta que sumó pasivos y activos.
Y qué decir de las operaciones para que Corporación Noboa aparezca como pagador de impuestos sin que se exhiba un solo documento de respaldo y sin advertir a los dueños de ese emporio que no digan nada para no levantar el avispero: sacaron un comunicado, que lo único que hizo fue aumentar las suspicacias.
Estas equivocaciones, y otras muchas más, abren la interrogante sobre si hay un quintacolumnista en el gobierno. De lo que sabe, que no es mucho, hay dos asesores que han tomado fuerza en el gobierno: Michele Sensi-Contugi y Fausto Jarrín, al que se lo conoce, casa adentro, como “el fantasma”. El primero es director general del Centro de Inteligencia Estratégica (Cies), es decir, quien maneja la inteligencia del gobierno; mientras que, se sabe, Fausto Jarrín es asesor de Presidencia y eventualmente del Ministerio de Gobierno. Que haya otros asesores políticos que le ayuden a tomar decisiones a Noboa es posible, pero públicamente lo más conocido es que Sensi-Contugi y Jarrín son los más cercano a asesores políticos que tiene el presidente.
¿Es Sensi-Contugi un mal asesor?
¿Quién es Sensi-Contugi? De lo que se sabe es amigo muy cercano a Noboa desde que eran jóvenes, que sus parejas son amigas y que viene de una familia guayaquileña de ancestros italianos que tiene una industria de plásticos. No tiene antecedentes políticos que se los conozca y jamás ha tenido aspiraciones políticas. Difícil pensar que alguien con ese perfil esté complotado con los adversarios del presidente aconsejando operaciones que, a leguas, son errores hechos a propósito.
El otro es Fausto Jarrín, ese sí un político pura sangre y que de ser el más fanático, militante e incondicional correísta se pasó al gobierno sin jamás haber denostado o renunciado públicamente a su movimiento de origen. Jarrín, que opera más bien en la oscuridad y el anonimato, apareció hace poco como negociador en el paro de Imbabura, en un episodio que fue bastante patético: el gobierno llegó a un acuerdo con unas pocas comunidades y anunció victorioso el fin del paro, pero a las pocas horas muchas otras comunidades declararon que seguirían en las protestas.
Jarrín fue abogado de Rafael Noboa (conocido por no ser muy buen abogado) en el juicio por el caso Sobornos y cuando fue asambleísta por la Revolución Ciudadana solo se destacó por sus vibrantes apologías a Rafael Correa. Hasta ahora, el correísmo ni su líder han articulado una sola condena a Jarrín, a pesar de que aparentemente los traicionó. Pensar que es él quien quiere beneficiar al correísmo haciendo cometer errores a Noboa no deja de ser provocador.
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