Colocó una cruz de madera. La apoyó contra una de las paredes que bordan el edificio de la Contraloría General del Estado en Guayaquil. Y empezó a escalar. Subió y extendió sus brazos simulando una crucifixión. Ahí estuvo parado ante la mirada de varios de sus simpatizantes.

El alcalde de Balzar, Cirilo González, está en resistencia. Esta fue su forma de manifestar su protesta en contra de una resolución del ente de control que solicita su destitución luego de encontrar supuestas “desviaciones administrativas” durante el 1 de octubre de 2011 al 31 de octubre de 2015. La resolución fue producto de un examen especial de la Contraloría a la gestión del primer edil balzareño.

González argumenta que el ente de control no puede decidir su destitución por falta de motivación, proporcionalidad, igualdad ante la ley, retroactividad en la aplicación de la normativa y supremacía constitucional. Aduce que la notificación carece de motivación, es confusa, ininteligible, incoherente, imprecisa, repetitiva y menoscaba su derecho a la defensa.

Hoy, el bloque de concejales de Balzar del movimiento Alianza PAIS tiene previsto pronunciarse al respecto.