Situación. Las mujeres acuden a lavar sus ropas a pozos ancestrales.

El agua escasea en poblacion manabita

2 de cada 10 usuarios no pagan las planillas de agua. Hay una cartera vencida de casi $ 2 millones.

Los pozos ancestrales de agua sulfurosa del sitio Choconcha y El Andil, a dos kilómetros de Jipijapa, se han convertido desde hace un mes en el punto de salvación para cientos de familias de varios sectores de ese cantón. Desde hace varias semanas el líquido vital no llega a sus hogares, ante un daño en las tuberías de agua potable que abastecen a toda esta población.

Grandes cantidades de ropa se colocan alrededor de estos pozos, donde hombres y mujeres lavan, mientras otros en carretas llenan canecas y baldes con agua para llevar a sus hogares. Estas familias aducen que quienes se están aprovechando del problema son los tanqueros repartidores de agua, que venden el tanque a un dólar, considerando que para llenar una cisterna deben cancelar de 35 a 45 dólares.

Germania Sánchez (de 50 años), ama de casa que vive en la ciudadela La FAE de Jipijapa, indicó que para acudir a estos pozos deben invertir seis dólares por el traslado de sus ropas y los recipientes, pero que comprando a los tanqueros este costo se duplica, ya que solo en su casa tiene una cisterna de diez tanques.

“Ya tenemos casi un mes sin agua, no sabemos cuál es el problema y por eso acudimos a estos pozos. El agua es muy buena, sirve para tomar, bañarnos y llevar para preparar nuestros alimentos”, precisó Sánchez.

Las molestias no cesan. Marcelo Párrales, morador del centro de la ciudad, agregó que Jipijapa siempre ha sufrido de la escasez del líquido vital y que no entiende qué pasó con el anuncio de una jugosa inversión para terminar con estos problemas, que hizo el expresidente Rafael Correa en una sabatina.

Víctor Álvarez, gerente de la empresa de Agua Potable de Jipijapa, explicó que las tuberías de agua en Poza Honda-Santa Ana, que reparten el líquido vital a este cantón, sufrieron daños por las inundaciones el 12 de abril. “El Cuerpo de Ingenieros del Ejército construyó el año pasado un acueducto paralelo que venía desde Santa Ana y repartía agua a Jipijapa, pero sufrió daños y las estaciones de bombeo quedaron paralizadas. La obra estaba a prueba y aún no ha sido entregada al Municipio local y a la institución que represento”, manifestó.

“Jipijapa necesita ocho mil metros cúbicos diarios y tenemos un acueducto viejo que nos produce apenas seis mil, pero estamos tratando de superar con urgencia este problema”, aseguró. HLV