Pericia. La cámara de cianocrilato es uitilizada al obtener huellas ocultas y antiguas.

El ADN, un aliado de la justIcia

Para identificar a personas se lo hace también a través de sus rastros digitales o huellas que se encuentran en los dígitos de las manos, palmas y en las plantas de los pies.

La delación que hiciera un aliado de alias Guacho, del lugar donde estaban enterrados los cuerpos del equipo periodístico de diario El Comercio, fue esencial para rescatar los restos. Sin embargo, la confesión no fue suficiente para saber con certeza si efectivamente eran ellos. Para despejar toda duda, los expertos acudieron a un examen especial que confirmó sus identidades: la prueba de ADN (ácido desoxirribonucleico).

Una experticia de la genética forense que, con el avance de la ciencia y la tecnología, se ha convertido en un aliado de la justicia en materia criminal.

Desde mediados de 2015 hasta finales de 2017, el Centro Nacional de Criminalística, Medicina Legal y Ciencias Forenses de la Policía Nacional ha realizado 2.460 pericias de genética forense, lo que ha permitido la resolución de procesos judiciales como asesinatos y violaciones, a nivel nacional.

Uno de los últimos casos que se resolvió gracias a esa prueba fue el asesinato de las turistas argentinas María José Coni y su amiga Marina Menegazzo, cuyos cuerpos fueron encontrados en la comuna de Montañita, en la provincia de Santa Elena, a finales de febrero de 2016.

“En cuestión de dos días se logró la identidad de ellas”, recuerda el teniente coronel Christian Rengifo Dávila, jefe del Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de la Zona 8 de la Policía. Pero no solamente las autoridades pudieron saber quiénes eran, también identificaron a los autores del crimen.

Actualmente, Ecuador cuenta con dos laboratorios forenses que analizan los indicios biológicos genéticos, recogidos en las escenas de un crimen o de pericias dispuestas por autoridad judicial.

Aunque las estadísticas revelan buenos resultados, especialmente en la resolución de las muertes violentas, quedan aún casos fríos en los que no se ha logrado identificar al responsable del hecho y menos aún el móvil del asesinato.

Son pocos, aclara el teniente coronel Rengifo. Algunos continúan en investigación, mientras que otros quedaron para la historia.

Uno de ellos fue el homicidio del presentador de televisión Marco Vinicio Bedoya, asesinado el 1 de mayo de 1998, en Guayaquil.

Las hipótesis de su muerte fueron muchas, pero al final ninguna condujo al esclarecimiento del atentado y menos a la identificación y sanción del responsable.

Diez años después, el expediente fue enviado al archivo, sin posibilidad de que se reabra para dar con el homicida.

Algo que no ocurre en otros países, donde el avance de la tecnología, la legislación y el interés por resolver un hecho criminal ha permitido dar con los responsables, sin importar el tiempo que tome la investigación.

Es el caso de Melanie Road, asesinada el 9 de junio de 1984 en Bath, Reino Unido. El hecho se resolvió treinta años después, gracias a la dedicada investigación policial y la comparación de ADN familiar, según dio a conocer la agencia de noticias PRNewswire. Fue elegido como ‘Éxito de ADN del año 2018’, seleccionado entre 61 casos presentados de 14 países.

En Ecuador, las investigaciones se manejan a través de sospechosos que, por orden judicial, se les practica la prueba para ser comparada con el perfil del elemento que ha sido levantado en la escena del crimen (cabello, huella, etc.), explica Rengifo. Lo que es analizado por personal de la Sección Ocular Técnica de Criminalística, que es donde parte toda la investigación. Son los peritos que levantan los indicios.

“Es un sinnúmero de indicios que tenemos que analizar, de acuerdo al delito...”, el sistema dactilar ha permitido identificar a los sospechosos que estuvieron en la escena, señala el mayor Diego Ascázubi, jefe de Gestión Operativa de Criminalística, en Guayaquil.

Y, si bien, existe un banco de identidad: por huellas digitales, de voz, fotográfica, de característica congénitas y adquiridas de detenidos; no hay un banco de datos criminal que contenga fluidos de quienes están detenidos o condenados.

Algo que podría resultar muy costoso para el país, dice el oficial, lo que de momento no se hace necesario.

Sin embargo, asegura, los laboratorios forenses cuentan con las áreas específicas para mantener indicios. Muestras biológicas que están a la temperatura y el control adecuado de humedad para que se mantengan por años. “Ese es el primer paso para cuando haya la tecnología específica se pueda dar resultados, principalmente de hechos que no han sido resueltos”, promete el jefe policial.

La ley dispone el consentimiento

El artículo 459 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) es claro: Para la obtención de muestras, exámenes médicos o corporales, se precisa el consentimiento expreso de la persona o la autorización de la o el juzgador, sin que la persona pueda ser físicamente constreñida (obligada).

La fiscal de Personas y Garantías del Guayas, Mónica Rivera, considera importante obtener la autorización o consentimiento de la persona, como lo señala la norma.

“Si no hay problema o razón para negarla la va a otorgar”, considera al opinar que, más allá de una reforma a la ley, se debería es actualizar todas las muestras en las que no se hayan manejado perfil genético para que se aplique la prueba de ADN.

Pero, añade, para realizar y actualizar los bancos de datos con perfil genético de las pruebas, en los casos donde no ha habido procesados, propone que se haga una base de datos de las muestras que se tienen por violación.

Otra alternativa es que, en el momento de la detención con fines de investigación, el juez autorice la obtención de una prueba para efectos de los exámenes médicos y de ADN.