La Administracion de Justicia

La Constitución de la República prevé que la Administración de Justicia esté viciada por “la mala fe procesal, el litigio malicioso o temerario, la generación de obstáculos o la dilación procesal”. Todo ello, en teoría, será sancionado de acuerdo a la ley.

Me choca señalar que lo que debería ser excepcional se convierta en recurrente, al menos a mí me parece tal cuando de distinta manera se me acercan los lectores a comunicarme sus casos, trátese de un juez de Esmeraldas, generales retirados acusados de violaciones a los derechos humanos o madres a las que se les niega la tenencia de sus hijos.

¿Qué tienen en común los temas señalados? Simple, lisa y llanamente: distintas variables de la corrupción. Las sentencias siguen teniendo precios, en metálico o en favores, a ser cobrados después, que dilatan o apresuran los trámites.

Con base en el error inexcusable se produjeron enormes injusticias todavía no remediadas. ¿Por qué? ¿Qué factor extraño a la justicia frena las decisiones?

En cuanto a los generales, algunos de los cuales son mis antiguos amigos y merecen respeto por su dedicación al servicio del país, es evidente el maltrato discriminatorio con que se manejan los procesos legales a los cuales están sometidos. ¿Hasta cuándo se continuará administrando justicia a base de sesgos seudoideológicos y prejuicios?

Y en cuanto a la madre, acusada “de todo” por poderosos abogados con grandes honorarios pagados por su enriquecido exesposo, que ahora goza de un cargo donde hace de las suyas, gracias a su amistad con un palo grueso, por parentesco, del actual gobierno, ¿es justo mantenerla en estado de indefensión aprovechando el manejo doloso de bienes públicos?

Como ciudadano interesado en el bien común siento que el avance hacia la meta de una administración de justicia de calidad sigue siendo lento y permite aberraciones como las expuestas.

Desde mi permanente interés por vivir una democracia digna del nombre, queda claro que sin una recta administración de justicia la democracia se hace ficción y ello es inaceptable.

Ojalá estas líneas contribuyan a enderezar el rumbo.