50 %  de candidatos en las elecciones de 2014 utilizaron un perfil personal de Facebook.

Un actor electoral inesperado

Los trolls abren una nueva brecha de pugna por la Alcaldía de Guayaquil. Son para crear una perspectiva de la realidad. El CNE solo puede exhortar.

Los trolls entran en la escena electoral. Estas personas que ocultan su identidad en cuentas no oficiales para hacer de las suyas en las redes sociales, especialmente en Twitter, tienen la facilidad de provocar un impacto en la opinión pública, por lo que suelen ser atractivas en época electoral. Ahora abren una nueva brecha de pugna entre dos organizaciones políticas en la lid por la Alcaldía de Guayaquil.

El movimiento Centro Democrático, que postula a Jimmy Jairala para dicha dignidad, acusa al Partido Social Cristiano, a través del Municipio de Guayaquil, de contratar a una empresa que recluta estas cuentas falsas para una supuesta campaña sucia en su contra. El socialcristianismo, también a través de un comunicado, rechaza y condena “por falsas y temerarias” las acusaciones. Y, en cambio, devuelve la acusación a sus contendores electorales de hacer uso de esas mismas prácticas al afirmar en redes sociales que el Municipio contrató a dicha empresa, “lo cual es una absoluta mentira”, reza parte del comunicado.

José Rivera, consultor en Comunicación y Marketing Digital, precisa que el uso de trolls en época de precampaña y campaña no es una práctica nueva. Su principal tarea en época electoral, resume el experto, es convertir en tendencia determinado tema para que la opinión pública digital crea que es importante y también hacer creer que tal o cual candidato goza de un apoyo que no es real. “Es para crear una imagen falsa. En Ecuador, principalmente se hace en Twitter, y tenemos 4 millones de cuentas creadas y un millón de cuentas activas al mes. No es que tienes a los 16 millones de ecuatorianos participando. De ese millón de cuentas una gran porción son falsas”, explica Rivera.

El uso de trolls tomó impulso durante el gobierno del expresidente Rafael Correa, por lo que no es una práctica solo electoral sino también política. Es más, el consejero presidencial, Santiago Cuesta, habla de la existencia de 23 mil trolls al servicio del correísmo para criticar la labor gubernamental y a sus funcionarios plantando presuntas noticias falsas en las redes sociales.

Rivera cree que entrar en el campo de la regulación de las redes y las cuentas falsas es un tema complicado, empezando con que no existe una tipificación penal que castigue la creación y utilización de cuentas falsas en redes. Es por ello que desde el Consejo Nacional Electoral transitorio solo queda lanzar exhortos a las organizaciones políticas a no caer en esas malas prácticas.

Diana Atamaint, vicepresidenta del ente electoral en transición, reconoce que el Código de la Democracia no determina prohibiciones y facultades sobre el accionar en redes sociales durante el período electoral, pero cree que se puede hacer algo. “Una campaña en la que la ciudadanía ponga atención a estos indicadores que pueden determinar cómo es la competencia, y que en muchas ocasiones no es muy legal, es deshonesta, se ocultan en trolls y tratan de perjudicar al opositor electoral”.

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