Un abrazo cordial a mis compatriotas

Muchos temas había comenzado a borronear en el siempre creciente archivo de mi memoria. Desde el cínico manejo de los denominados papeles de Panamá, hasta la situación en el Brasil, que acaba de iniciar el proceso hacia un potencial “impeachment” de la presidenta Rousseff, mientras en la calle se pide que se vayan todos.

También estaba en mi lista la posibilidad de hacer consideraciones sobre el avance de las primarias en los Estados Unidos, donde Bernie Sanders está dando una dura pelea, que de todos modos parece no le permitirá alcanzar los votos requeridos para derrotar a Hillary Clinton; o sobre la, ahora conozco fallida, posibilidad de lograr un acuerdo para reducir la producción de petróleo e intentar detener la caída de su precio.

Como ven, siempre hay más sucesos de los que se puede comentar. Con distinto grado de interés, pero procurando satisfacer aquellas que presumo son las inquietudes comunes de los lectores.

Ahora, sin embargo, frente a la tragedia, no se me ocurre otra actitud que la de expresar un sentimiento que estimo, bajo certeza, es compartido por todos: el de hacer llegar a los compatriotas de las provincias afectadas un gran abrazo solidario, un abrazo cordial, entendiendo por tal, uno que se da de corazón.

He querido dar a los amigos de las distintas ciudades un saludo telefónico pero, hasta la mañana de ayer que escribía estas líneas no había posibilidad de hacerlo. Reciban todos ellos mi palabra de afecto. De múltiples maneras nos hemos interesado en conocer cómo están y nos consolamos entendiendo que si no han llegado las malas noticias es porque, al menos, su vida ha sido respetada por la catástrofe. Ojalá pronto se restablezca la red de carreteras y la de comunicaciones, también gravemente destruidas o perturbadas, para intentar visitarlos o poder escucharlos.

Mientras tanto, sepan que cuentan con nuestra permanente amistad, más aún en estos días duros. Estamos plenamente a sus órdenes para cualquier asunto que esté en nuestra capacidad atender. No duden en hacérmelo saber. Será placentero procurar satisfacerlos.

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