El aborto

El aborto es un crimen abominable, con premeditación y alevosía. Se calculan 57 millones de abortos (asesinatos) en EE. UU.

47 mil mujeres mueren cada año y 21 millones en abortos clandestinos. El ser humano es el único animal que mata a sus hijos por nacer.

El diario opositor Washington Post dijo al presidente Trump: “usted tiene razón”, al verificar su afirmación sobre el aborto, «respaldado por los datos» y que apoyaría la «Ley para la Protección del niño por nacer, capaz de sentir dolor».

«La “estadística” del presidente Trump parecía dudosa al principio... Pero después de investigación exhaustiva, los datos respaldan su reclamo contra el aborto», admitió el Washington Post.

Desde la concepción, el derecho a la vida y a la salud del niño nonato es natural. Es delito contra la vida. Es contra la naturaleza. Es odio, no amor.

Es falacia aquello de que la mujer es “libre” (¿?) de disponer de la vida de su inocente hijo. “El cuerpo me pertenece” o “Yo hago con mi cuerpo lo que decida” son eufemismos.

En Ecuador, “la mujer que cause su aborto o permita que otro se lo cause será sancionada con cárcel de 6 meses a dos años (art. 150 del COIP). La sanción para un médico es de hasta 7 años”. Todo aborto es un crimen.

La vida merece respeto desde la concepción. Miles sobrevivieron al aborto. Celine Dion (cantó en la película Titanic). Jack Nicholson, el mejor Joker (villano, el Guasón). Andrea Bocelli, ciego, de las mejores voces del mundo, se intentó abortarlo porque sería minusválido. Juan Pablo II: el santo papa, su madre se negó a abortarlo. Justin Bieber, su madre se negó. Roberto Gómez Bolaños ‘Chespirito’: su madre decidió tenerlo contra diagnósticos médicos. Cristiano Ronaldo, de familia de bajos recursos, el doctor se negó a practicarle el aborto y ordenó tenerlo. John Lennon convenció a Yoko Ono de no abortar a su primer hijo, Sean Lennon.

Y a Steve Jobs, genio en tecnología, fundador de Apple y Pixar, su madre no lo abortó y lo dio en adopción.