Rostros. El fotógrafo Paúl Rivas, de 45 años, es uno de los tres secuestrados en la frontera norte.

9 dias con la vida secuestrada

No se sabe qué piden los secuestradores para liberar a los tres civiles que mantienen retenidos desde hace, hoy, nueve días en la frontera norte de Ecuador.

No se sabe qué piden los secuestradores para liberar a los tres civiles que mantienen retenidos desde hace, hoy, nueve días en la frontera norte de Ecuador. Pero ya sabemos que hay hijos, hermanos y hermanas, padres y madres, abuelos, primos y hasta mascotas que están esperando su regreso a casa. Desde el sábado, el equipo periodístico de El Comercio secuestrado ya tiene nombres, rostros, familias, una historia y un futuro. Ya no son una incógnita con la que resulta difícil empatizar. Pero ese es el único interrogante que se ha resuelto hasta ahora. No se sabe -o no se ha dicho- qué quieren los grupos armados irregulares que les quitaron la libertad. No se sabe dónde están, ni si comen bien o si pasan frío o tienen algún golpe. Y, sobre todo, no se sabe cuándo serán liberados.

Toda la información ha sido canalizada por la vía oficial y de esa fuente trascienden pocos detalles con el argumento de no entorpecer la negociación. Ni siquiera desde Colombia, donde el Ejército está ampliamente experimentado en luchar contra este tipo de conflictos, se ha vuelto a filtrar algún dato, tras el desliz de la semana pasada en el que se hablaba de una liberación inminente.

Ahora bien, el limitado flujo de información no borra el historial de este tipo de sucesos y con los antecedentes en la mano, al analista especializado en temas de seguridad, Ricardo Camacho, se aventura a dar algunas luces. “Este grupo residual de las FARC, probablemente asuman las mismas prácticas que la guerrilla”, contextualiza. “Ellos no maltratan, no torturan, porque no quieren dar una mala imagen”, apunta así a su posible salida. “No necesitan dinero, porque el narcotráfico se lo da. Lo que quieren es, asumo, contar su verdad”, plantea Camacho. Aparte de demostrar su poder, añade, estos grupos “cuando capturan, mantienen a los rehenes varias semanas para poder adoctrinarlos y que cuenten su versión al terminar el cautiverio”. En este caso, sirve de indicio que no hayan pedido un rescate o dinero. “Querrán explicar qué ha cambiado el statu quo en la zona fronteriza para que hayan aumentado la violencia en los últimos meses”, agrega el especialista.

Esa tesis se cruza con el análisis del psicólogo Jorge Luis Escobar sobre los efectos en el estado anímico de los secuestrados. El presidente de Asociación Ecuatoriana de Psicólogos indica que el impacto emocional dependerá de cada persona, de cuánto arraigo tenga en su vida, de cómo se comporten los captores... “Es fundamental que perciban que la sociedad les está buscando. Cuando se pierde la esperanza, se acepta el nuevo modelo de vida y uno se adapta”, explica. Es la resiliencia. El cerebro siempre busca la forma de adaptarse para sobrevivir. “Hay gente que nunca acepta lo que está pasando y otros que se adaptan muy rápido. Es igual a cuando se enfrenta la muerte”, indica ante la pregunta de cuánto tiene que pasar para que una persona sometida en un secuestro empiece a sentir afinidad por sus captores y pueda ser adoctrinado, tal y como apunta el especialista en seguridad, para difundir la versión del grupo armado.

Sin embargo, fuentes de Colombia que prefieren mantenerse en reserva -dado que la vocería oficial recae en Ecuador- opinan que es muy aventurado hacer comparaciones con casos similares o con el historial de las FARC. “No es lo mismo un secuestro con un extranjero que con un periodista. No es lo mismo el narcotráfico que las guerrillas ni estos grupos irregulares. No se puede saber si están pasando hambre o si les cambian de lugar constantemente, porque cada caso es diferente”. Es mejor esperar, indican, a especular.

Hasta dónde admite la ley

Las autoridades mantienen abierta la vía de negociación con los secuestradores de los tres civiles, sin precisar cuáles son sus peticiones. No han requerido un rescate.

“Nunca se aceptará una condición que pueda atentar a la seguridad del Estado”, por ejemplo, levantar el estado de excepción. Es la respuesta de Ricardo Camacho, analista especializado en seguridad, sobre los límites legales que condicionan las opciones de negociación de Ecuador.

Tres perfiles

Javier Ortega

Hace años que este barcelonista es reportero de seguridad, pero empezó como pasante. Lo esperan en casa, entre otros, dos hermanos con quienes vivió en España durante su adolescencia.

Paúl Rivas

El 25 de abril será el cumpleaños de este fotoperiodista de 45 años que ganó el premio nacional de periodismo Eugenio Espejo en 2013. Lo esperan su familia y amigos.

Efraín Segarra

Quiteño de adopción, el conductor del equipo periodístico se enamoró en la capital, tuvo dos hijos y acaba de cumplir 60 años. Los últimos 16 los ha pasado al volante.