Albañiles. Arreglos de paredes por filtración de agua pueden costar $ 20.

Los 3 principales oficios que se reactivan con el invierno

El invierno para algunos es tormentoso. La congestión vehicular, las enfermedades respiratorias, los daños en estructuras y más, retrasan todas las labores cotidianas.

El invierno para algunos es tormentoso. La congestión vehicular, las enfermedades respiratorias, los daños en estructuras y más, retrasan todas las labores cotidianas. Sin embargo, para un grupo específico de trabajadores esta podría ser la mejor época del año.

Mecánicos, jardineros, albañiles y otros comienzan a incrementar sus ingresos. El mantenimiento de automotores y áreas verdes o el arreglo de imperfecciones dentro de casas o edificios (como daños en los techos) aumenta, dando más empleo a quienes viven del trabajo informal. Es decir, al 18 % de la población que vive en el subempleo, según las cifras a septiembre del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

Hugo Campoverde tiene 18 años ofreciendo sus servicios como mecánico en el sur de la urbe (Brasil y Leonidas Plaza). Él cuenta a EXPRESO que en las primeras dos semanas del año, ya tenía más de cinco motores que arreglar. “La demanda se duplica porque hay gente que desconoce las afectaciones de la lluvia en los carros. Se meten a manejar con inundaciones y piensan que el automóvil es fuerte y lo dañan. Por eso lo que regularmente arreglan son: punta de eje, rótula, terminales, la caja de cambios y motores. Todos afectados por el agua”, asegura.

Campoverde añade que la inversión para el arreglo de un vehículo puede llegar a costar desde $ 20 hasta $ 600, dependiendo del daño.

Byron Polo, dueño de la lubricadora Don Polo en el mismo sector, también ha comenzado a recibir más clientela. “Las personas vienen porque el carro se ensucia rápido. Algunos piden lavada y ducha grafitada (mezcla de aceites, espesantes, adherentes y antioxidantes), que puede estar costando de 15 a 18 dólares. Además, del servicio de mecánica”.

Asimismo, los profesionales que dan mantenimiento a áreas verdes aprovechan para obtener ingresos adicionales y recuperarse del mal sabor que les dejó el 2016, con pérdidas de hasta el 70 %. Así lo cuenta Benoit Huguet, paisajista y propietario de Jardicentro. “El negocio de jardinería ha bajado bastante porque es un servicio de lujo. La crisis de la construcción la afectó. Sin embargo, desde finales del año pasado hay más solicitudes de poda y arreglo de jardines. Lo que más se pide es el corte y fumigación de plantas grandes, porque como llueve crece todo rápido y se llena de plagas”.

Luis Córdoba, jardinero del vivero Flor de Loto en Urdesa, añade que “el trabajo es bueno hasta marzo. Las ganancias varían entre los 30 y 60 dólares”.

Al norte de la ciudad, en la intersección de la avenida Francisco de Orellana y la calle Benjamín Carrión, una decena de artesanos (albañiles, electricistas, pintores) ofrecen sus servicios para arreglar los daños causados por la lluvia en las viviendas. Darwin Argandoña es uno de los trabajadores informales a la espera de que siga lloviendo para tener más dinero. “Por ahora son dos clientes por día. Las ganancias dependen de lo que solicitan los jefes. A veces $ 40 o más. Lo que deseamos es que siga lloviendo porque cuando no hay lluvia para nosotros no hay empleo”.

“Hay que cubrir los daños”

Magdalena, quien no da su apellido, vive en un edificio en el centro de la urbe. Ella todos los años busca la ayuda de un pintor para arreglar las paredes de su dormitorio, debido a que tiene filtración de agua y se daña la pintura. Ella acostumbra pagar alrededor de 30 dólares y afirma que eso ayuda a “cubrir los daños”. César Solórzano, en cambio, se encuentra arreglando su vehículo debido a un daño en el motor. Aún desconoce el gasto total de la reparación, pero asume que superará los 200 dólares.