Quito

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Robo. Dos hombres armados amedrentaron a clientes y trabajadoras.Captura de pantalla

El sur de Quito demanda más patrullajes tras robos 

Los asaltos a locales comerciales y a los peatones causan temor porque los delincuentes usan armas de fuego

En el sur de la capital están hartos de la delincuencia y de no contar con una Policía que responda con rapidez.

Los últimos robos han sido denunciados a través de las redes sociales. Uno de los videos colgados muestra cómo dos hombres, armados con pistolas, ingresaron a un micromercado y apuntaron con la pistola a las dos mujeres que estaban atendiendo.

A uno de los clientes, quien trata de defenderse, es golpeado con la pistola en la cabeza. Se ve cómo una mancha de sangre le baja por la espalda mientras forcejea con uno de los delincuentes. Otra persona, un joven de unos 25 años, levanta las manos en señal de rendición y espera que los ladrones se vayan.

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Estos finalmente huyen tras dejar a la gente encerrada en el local comercial.

En el sur, en el sector de la Nueva Aurora, ocurrió otro asalto a un hotel, ubicado cerca de la terminal Quitumbe.

Este hecho también quedó registrado en video. Se ve cómo dos hombres ingresan al hotel y con amenazas amedrentan a la recepcionista.

Uno de ellos lleva un cuchillo de cocina. A la recepcionista le roba el celular, luego coge las botellas de licor y el dinero. También revuelven todo y le preguntan a la mujer por la caja. La hacen acostar boca abajo mientras se llevan más objetos de valor. “Si te levantas, ya sabes”, le dicen a la mujer.

Gregorio Luna, morador del sector de Quitumbe, dice que el mayor problema del barrio son los robos de los transeúntes mediante motocicletas. “A los estudiantes que van al colegio les roban los celulares, a los trabajadores también. Son motocicletas con dos ocupantes que merodean el barrio”.

Para Lina Hidalgo, del barrio La Ferroviaria, lo más triste es la falta de auxilio. “Llamamos a la UPC y nada, vamos a verles a pie y no están. Se llama al 911 y dicen que ya mandan un patrullero. Si es que llega lo hace después de una hora”.

Ella cuenta que estacionó su taxi cerca del estadio Sixto Durán Ballén para acudir a un partido nocturno. Cuando salió encontró que se le habían llevado el cerebro. “Ni un patrullero se asomó toda la noche”.