Quito

quebradas
riesgo. Ladera abajo, hay toneladas de desechos de construcciónANGELO CHAMBA

Las quebradas de la capital son focos permanentes de suciedad

El Cabildo tramita una nueva resolución para recuperar estos espacios. Botaderos y asentamientos ilegales es el uso más usual que reciben la mayoría

Focos infecciosos, inseguros e ilegales. En eso se han convertido algunas quebradas de Quito, donde es inevitable la presencia de basura, animales muertos, escombros de construcciones e incluso asentamientos habitacionales informales.

QUEBRADA AMENAZA

Una quebrada pone en riesgo a los vecinos del sur de Quito

Leer más

La función de estas formaciones naturales es filtrar el agua de las lluvias e impermeabilizar el suelo, más aún en zonas urbanas, pero en la capital las quebradas siguen sin ser intervenidas integralmente por la Municipalidad, para recuperarlas por completo.

Así lo sostiene la arquitecta y presidenta del colegio de este gremio, a nivel nacional y local, María Samaniego, quien afirma que las autoridades les han dado la espalda a estos espacios, en lugar de incluirlos en la planificación urbana.

“Se debe aprender a vivir con ellas. Estos problemas son recurrentes y se han convertido en botaderos de basura, asentamientos informales, y en cada invierno que llega nos acordamos recién de que tenemos este dilema irresuelto y cuando pasan catástrofes como la de La Gasca recién queremos reaccionar. Necesitamos prever y no esperar a que aparezca la dificultad”.

EXPRESO realizó un recorrido por la ciudad y encontró algunos botaderos, unos más insalubres que otros. Es el caso de la quebrada Rancho Alto, en el norte de Quito. Esta formación geográfica divide a los barrios La Roldós (segunda etapa), Pisulí y Tiwintza. Por aquí confluyen dos desfiladeros más: Carretas y Rancho Bajo.

WhatsApp Image 2023-01-03 at 16.33.22
Hediondez. Las aguas servidas generan un olor insoportableANGELO CHAMBA

El denominador común, según los moradores, es la acumulación de desperdicios, desde agujas de inyecciones hasta material de construcción. Aunque la hediondez de las aguas servidas que corren por el sitio es el mayor mal que enfrentan los vecinos.

WhatsApp Image 2022-02-04 at 14.32.27

Mantenimiento, la falencia de las quebradas

Leer más

Blanca Benalcázar vive aquí desde hace 20 años. El desfiladero que está frente a su casa siempre ha estado colmado de porquerías.

“En el tiempo que estoy aquí, jamás he visto a alguna autoridad venir a solucionar el problema. Al contrario, la gente del vecindario optó por botar la basura en la quebrada en vista de que el camión recolector ya no pasa por aquí y los contenedores están por lo menos a cuatro cuadras de distancia”, cuenta.

Paola Sornoza lo corrobora. Su casa se ubica al final de la calle Pablo Neruda. Es decir, a cinco cuadras de la calle principal (Pablo Yerovi), donde se colocaron los contenedores de basura.

Para llegar a estos depósitos debe caminar al menos 15 minutos desde su vivienda. Pero lo hace cuando dispone de tiempo o se lo permiten sus hijos pequeños. Cuando no, reconoce que ella es parte de la contaminación de la quebrada.

WhatsApp Image 2023-01-03 at 18.14.54
Al filo. Existen casas que colindan con esta formación naturalANGELO CHAMBA

“Confieso que por el apuro también he botado las fundas de basura en el hueco. Muchos vecinos lo hacen porque es pesado salir cargando las fundas hasta la principal. No me justifico y sé que estoy haciendo mal, pero sí se necesita que las autoridades nos colaboren para cuidar este espacio”, añade Sornoza.

La Gasca

"Desde El Tejar hasta llegar a El Bosque, todas las quebradas del sector, presentan un peligro a futuro"

Leer más

El desorden y falta de limpieza también provienen de gente ajena al sector, asevera Érika Baño, quien reside en la segunda etapa de La Roldós desde hace dos décadas.

Según la mujer, hay horas específicas en que llegan camiones a descargar los escombros de construcciones en las laderas. Pero la responsabilidad de ver por doquier inodoros, ropa vieja, zapatos y otro tipo de desperdicios es de los vecinos que conviven con ella.

“La pestilencia es otro factor insoportable. No podemos tener las cosas destapadas en la casa porque las moscas llegan. Me toca poner insecticida a cada rato. Las ratas también llegan, pese a que se limpie con frecuencia. Me canso de poner trampas y veneno, pero la gente no se cansa de ensuciar también”, lamenta.

Según los registros de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps), en todo Quito hay 138 quebradas, donde se construyeron estructuras de captación, canales abiertos, taludes y/o rejillas para el paso del agua. Pero también hay otras que siguen intactas y no constan en el catastro de la Epmaps.

“En las zonas intervenidas se hizo eso porque se conectan con el sistema de alcantarillado y están cerca de asentamientos poblacionales. Hacemos mantenimiento planificado. Con respecto a las quebradas en Pisulí, conocemos que hay mucha contaminación, pero es jurisdicción de la Secretaría de Ambiente dar remediación”.

CARRETAS

Afectados de las quebradas en Quito se unieron para pedir soluciones

Leer más

A través de una funcionaria municipal se conoció que está en trámite una nueva resolución para recuperar las quebradas de la capital. Entre lo más importante está la exigencia de respetar la franja de protección de estos espacios, impidiendo las construcciones informales que limitan el acceso de la maquinaria para el respectivo mantenimiento.

“La Secretaría de Territorio y la Agencia Metropolitana de Control (AMC) están trabajando en ello, para que se respete este espacio que no es apto para vivir. La gente también debe cuidar de estos sitios y no volverlos botaderos. Cuando construyen en los bordes superiores, es decir al filo de la ladera, siempre tenemos conflictos porque no nos dejan ingresar la maquinaria para sanear las quebradas u otros pasos están bloqueados. El cuidado es compartido”, finaliza.

Desde la empresa de Aseo (Emaseo), el gerente, Francisco Poveda, dijo que en los barrios expuestos se analiza una tercera etapa de contenerización, la cual se asentará en sitios de posible acceso para los camiones. “En caso de no ser posible esto, se ampliará el ‘ruteo’ dentro de los circuitos que permitan el ingreso de los recolectores”.