Quito

Reactivación calle Rocafuerte
Inclusión. Se tiene previsto que con la rehabilitación de la calle Rocafuerte, las aceras sean amigables para las personas con discapacidad. ANGELO CHAMBA

¿Peatones o autos? Obras en Rocafuerte generan disputa vecinal en el Centro de Quito

Desde el 16 de junio, Rocafuerte tendrá nueva infraestructura urbana. Conoce los detalles 

La calle Rocafuerte, ubicada en el corazón del Centro Histórico de Quito, será intervenida desde el 16 de junio como parte de la fase 2 del Plan de Recuperación Urbana impulsado por el Municipio de Quito. Esta obra busca transformar este emblemático corredor patrimonial en un espacio más amigable con el peatón, mejorar la infraestructura, revitalizar la zona residencial y comercial, e impulsar la economía y el turismo local.

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El proyecto, liderado por la Secretaría del Hábitat y Ordenamiento Territorial, contempla una serie de mejoras clave: ampliación de aceras, creación de plataformas a nivel para personas con discapacidad, modernización del sistema de iluminación peatonal y arborización del sector. La intervención abarcará 600 metros lineales, incluyendo la escalinata del playón de la calle Marín, beneficiando de manera directa a cerca de 200.000 personas que transitan o viven en esta zona céntrica.

Francisco del Salto, director metropolitano de Desarrollo Urbanístico, explica que los trabajos arrancaron en el sector de La Loma Grande, un área con alto valor patrimonial que ha sufrido décadas de abandono. “Históricamente, la calle Rocafuerte ha priorizado el paso vehicular, dejando en desventaja al peatón. Con esta intervención buscamos revertir esa lógica y devolver el espacio a las personas”, afirma.

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El proyecto tiene una inversión de 450.000 dólares y un plazo estimado de ejecución de noventa días. A lo largo del tramo a intervenir existen tres centros educativos, por lo que la seguridad peatonal es uno de los principales enfoques del rediseño urbano. Según las autoridades, esta obra forma parte de un diagnóstico integral que identificará otras zonas del Centro Histórico de Quito que requieren intervenciones urgentes.

Pese a los objetivos del proyecto, algunos moradores y comerciantes expresan dudas sobre los efectos de esta transformación urbana. Una de las principales preocupaciones gira en torno a la eliminación de espacios de estacionamiento, un recurso escaso pero esencial para las actividades comerciales y educativas del sector.

Bertha Coque, residente de la zona, teme que el ensanchamiento de las aceras en una vía de doble sentido genere mayores problemas de tráfico. “Especialmente en horas pico, cuando los padres recogen o dejan a sus hijos en las escuelas. Ya vivimos esto en la 24 de Mayo y hasta ahora ese espacio no se ha recuperado del todo”, comenta.

Janeth Qhispe, propietaria de una heladería que abrió hace cuatro meses, también manifiesta inquietudes. “Pagamos arriendo y ahora tendríamos que asumir costos adicionales de parqueadero. Además, muchos clientes no vienen porque temen dejar sus carros en la calle; incluso en los parqueaderos han ocurrido robos”, relata.

La posible disminución del flujo de clientes por la reducción de espacios de parqueo genera incertidumbre entre quienes dependen del comercio diario. Las autoridades, sin embargo, insisten en que estas medidas buscan una transformación integral y sostenible del espacio urbano.

calle Rocafuerte
Rocafuerte. Una calle deteriorada y aceras estrechas forman parte del paisaje que busca ser transformado.ANGELO CHAMBA

Bahías temporales y señalización para mitigar el impacto

En respuesta a las inquietudes, Francisco del Salto indica que se habilitarán bahías de carga y descarga con tiempos controlados de entre 5 y 10 minutos. “Lo que no se permitirá es que los vehículos se estacionen de forma indefinida. Se busca incentivar el uso de parqueaderos públicos o privados cercanos”, explica.

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Por su parte, Josué Quinteros, jefe de la Unidad de Regulación Urbana, informa que se implementará nueva señalética horizontal y vertical, así como campañas de educación vial para facilitar el proceso de adaptación. “Sabemos que los cambios toman tiempo, pero el espacio público es de todos y debemos convivir con nuevas dinámicas de movilidad”, enfatiza.

Alejandro Ortiz, administrador de la Zona Manuela Sáenz, informa que se habilitarán cinco puntos estratégicos con iluminación de emergencia, en caso de cortes de energía. Estos puntos estarán ubicados en áreas clave como Mama Cuchara, guarderías, colegios y los cuarteles de Policía y Bomberos. Además, se han definido tres frentes de trabajo para reducir molestias a la comunidad: desde Mama Cuchara hasta la calle Zaldumbide, luego hasta la Pontón y finalmente hasta la calle Maldonado.

En cuanto a la movilidad vehicular, Ortiz aclara que la calle Rocafuerte conservará su doble sentido, excepto en un pequeño tramo en el ingreso al Arco de la Reina, donde por razones técnicas será unidireccional.

rehabilitación del Centro Histórico
Proyecto. Así quedará la calle Rocafuerte, que será intervenida en un lapso de noventa días.Cortesía

¿Es suficiente esta intervención urbana?

El urbanista Jacobo Herdoiza, exsecretario de Territorio, advierte que uno de los principales desafíos del Centro Histórico de Quito es el repoblamiento. “Llevamos más de 30 años con una pérdida constante de habitantes. La normativa actual es muy restrictiva, los costos de rehabilitación son elevados y no existen incentivos reales para atraer inversión inmobiliaria. Así es difícil generar una verdadera oferta de vivienda”, subraya.

Según Herdoiza, barrios como La Loma Grande muestran un deterioro social evidente, con presencia creciente de personas en situación de calle y un gran número de viviendas abandonadas o subutilizadas. A su juicio, “la normativa que busca conservar el patrimonio se convierte muchas veces en una barrera para su preservación efectiva”.

Pese a sus críticas, Herdoiza considera que la intervención en la calle Rocafuerte es un paso en la dirección correcta. “Más allá de ampliar aceras o colocar árboles, lo esencial es recuperar el espacio público como un entorno seguro y atractivo para vivir. Pero esto debe ir acompañado de una política decidida de vivienda. Solo así, junto con la operación del Metro de Quito, se podrá reactivar el Centro Histórico y devolverle su vitalidad urbana”, concluye.

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